Que el feminismo como concepto y como movimiento no se vacíe de reflexión. Que el feminismo actual no sea inútil y que no se convierta en un asunto de poder. Eso pensaba mientras veía la puesta en escena, “Después de casa de muñecas”, protagonizada por Cecilia Suárez.

Escrita por Lucas Hnath, e inspirada en la novela de 1879 de Henrik Ibsen, “Casa de muñecas”, la esencia de la obra es vigente, y eso que han pasado casi 140 años. “Después de casa de muñecas” representa una postura que levanta el hecho de elegir como un acto feminista y rebelde, es la ejemplificación de la necesidad de una mujer de salir de su casa —donde es madre de familia y esposa, y no tiene ni se le reconoce otra cosa—, para hacer lo que le venga en gana. Es una cuestión de elección, sin duda, donde debe existir la responsabilidad de cuestionar el lugar de la mujer en la sociedad y dentro del matrimonio, además de poner sobre la mesa la descomposición de las estructuras de organización tradicional como lo es la familia.

Cecilia Suárez lleva la puesta en escena, de principio a fin, acompañada de un elenco que levanta, que en su conjunto cuestiona. Por ahí leí que la trama de la obra viene bien con los momentos de lucha feminista que vivimos actualmente. Sin embargo, Ibsen no se la planteó como una obra feminista, sino como una mirada equitativa del individuo en la sociedad, donde tanto Nora, la protagonista, como su esposo Torvald, son ‘víctimas de una sociedad dictatorial en sus roles’, y eso, sin lugar a duda, es a lo que debe apuntar una verdadera reflexión, sea feminista, o no.  

“Después de casa de muñecas”, Teatro Xola Julio Prieto (Xola 809, Del Valle), hasta el 02 de septiembre. Director: Mauricio García Lozano. Reparto: Cecilia Suárez, Juan Carlos Colombo, Beatriz Moreno, Paulette Hernández y Assira Abbate. 

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Por: Danaé Salazar