La triada de actrices es disruptiva; la directora dinamita; la serie que han creado en conjunto, dará de qué hablar. Se llama La Liberación, una historia protagonizada por Cassandra Ciangherotti, Ilse Salas y Johana Murillo —en el orden que aparecen en estas fotografías—, y escrita y dirigida por Alejandra Márquez. Se trata de poner sobre la mesa un abanico de perspectivas sobre el feminismo, con humor y desde varios ángulos —incluyendo el del patriarcado—. Son muchas capas las de esta conversación. 

La historia del feminismo ha sido convulsa. La Liberación habla y se pregunta sobre las dinámicas patriarcales en una sociedad post #MeToo. Sin embargo, en esta reflexión se quieren mostrar todos los matices y situaciones que vivimos las mujeres, no sólo desde el papel de victimaria.

Cassandra: saco Banzo, propiedad del estilista, Johanna: traje COS top y zapatos propiedad

del estilista, Ilse: pantalones Boyfriend’s Short top propiedad del estilista

Ilse explica sobre el porqué de esta serie que se estrena el 17 de enero por Amazon Prime: “Hay una intención de quitarle solemnidad a temas que han sido tratados así. El feminismo se ha vuelto intachable, como si las mujeres fuéramos inmaculadas o mereciéramos ser canonizadas por alguna razón. De entrada, todavía hay muchas dudas acerca del feminismo y qué significa.” 

Márquez agrega: “La Liberación surge de este equipo con el que hicimos Las Niñas Bien, de las ganas de volver a trabajar juntas y de tener muchas conversaciones polémicas a raíz de lo que desató el #Me Too. Teníamos muchas conversaciones hacia adentro —en nuestras casas y sobremesas—, que era difícil tenerlas hacia afuera o públicamente. A través de La Liberación buscamos replicar esos puntos de vista que fueron polémicos y que, al mismo tiempo, se sintiera una conversación entre mujeres.”

Tal vez lo más interesante de la serie es el otro lado, el del patriarcado. Además de su representación a lo largo de la historia, la serie se cuestiona cómo a los hombres les ha afectado el patriarcado. “Es crucial conocer cuál es el punto de vista masculino y concluir, quizá, que el patriarcado nos jode a todas y a todos”, dice Ilse. “El otro lado de la moneda”, agrega Johanna, “son los hombres y se pronuncian muy poco al respecto, no tocan estos temas. He tenido muy pocas conversaciones con hombres en las que realmente se cuestionen este lugar que ocupan. La Liberación, desde el humor, abre paso a esa conversación”. 

El reto es que la serie no se tome como una queja más que usa el feminismo como escudo, sino que el espectador pueda profundizar y tener una lectura diferente y mucho más amplia de lo que significan términos tan complejos como el patriarcado y el feminismo. “La jugada”, agrega Ilse, “es insistir en que La Liberación es una forma distinta de contar las cosas, más allá del tema mismo —que obviamente es importante y por eso se gestó—”. Finalmente, el feminismo es un concepto que tiene que nutrirse, que no ha terminado de ser entendido, que tiene que polemizarse y mirarse desde distintos ángulos y desde el mayor número de miradas posibles. Como dice la directora, “aquí se trata de sumar, no de restar”.