La barbería, uno de los oficios más antiguos. Se dice que durante la edad media los barberos hacían más que sólo cortar la barba y afeitar; también curaban heridas y realizaban algunos procedimientos quirúrgicos y dentales. El famoso cilindro de tres colores representaba la sangre (rojo), la vendas (blanco), y las venas del cuerpo (azul). 

Si bien fueron los franceses los primeros en crear una asociación de barberos, el oficio era también extremadamente popular en Inglaterra, España e Italia. En este último, a principios del siglo XX, nació una marca pensada precisamente en el hombre, sus gustos y necesidades de estilo y cuidado personal: Acqua di Parma.

Colonia, una fragancia cítrica de limón, naranja y bergamota fue la primera de muchas creaciones del varón italiano Carlo Magnani. Así, Acqua di Parma comenzó a popularizarse entre los gentlemen de la época, especialmente en las élites. 

El oficio de la barbería fue perfeccionado por la firma, que comprometida con llevar la elegancia y el estilo de los italianos por todo el mundo, empezó a desarrollar productos y herramientas para que cada afeitada fuera no sólo precisa y meticulosa, sino toda una experiencia sensorial. 

A poco más de 100 años del nacimiento de Acqua di Parma, ésta es ahora un referente moderno del caballero que quiere verse y sentirse bien; y en el caso del oficio del barbero, la marca ha creado Barbería Acqua di Parma —existen 4 en el mundo: Milán, Miami, Roma y la Ciudad de México—, un santuario para el hombre, donde se cuida, meticulosamente, cada paso del afeitado, y es que, a diferencia de lo que pensamos o pudimos haber aprendido de adolescentes, el afeitado conlleva una serie de pasos y cuidados muy particulares. Éstas son las recomendaciones de Acqua di Parma: 

Limpiar. Antes de iniciar el afeitado, asegúrate de que tu rostro esté limpio; se recomienda hacer una exfoliación suave para abrir los poros y que la navaja se deslice con mayor facilidad.

Preparar la piel. El momento idóneo para el afeitado es después de la ducha, ya que el agua caliente ayuda a suavizar la epidermis. Antes de comenzar el afeitado es importante aplicar un suero con activos calmantes para evitar irritaciones.

Afeitar con calma. Los movimientos tienen que ser pausados y en sentido contrario al crecimiento del vello. Es preferible las navajas de hoja múltiple, porque ayudan a cortar en una sola pasada.

Calmar la piel. Aplica un bálsamo antiinflamatorio y refrescante para sanar las posibles microheridas que pudiste haber generado durante el afeitado.

Hidratar. Una crema rica en nutrientes es fundamental para que la piel permanezca suave durante más tiempo. 

El ritual lo puedes hacer en casa o dejar que un experto lo haga por ti en la Barbería Acqua di Parma de El Palacio de Hierro Polanco, donde la experiencia del uomo italiano se vive mejor.