Todo lo que habita en San Miguel de Allende merece la pena ser explorado. La ciudad  —que dejó de ser un pueblo— guarda en sus construcciones de piedra y tabique cantidad inmensa de misterios, y se reaviva a diario a partir de sus usos y tradiciones —adaptadas a un México moderno, pero que no suelta su raíz—, y a las personas que la habitan y visitan para transitar sus corredores adoquinados y fachadas de colores. Es ahí, en la ciudad más bella de la mesa central de México, en la calle Quebrada, detrás de una fachada amarilla marcada con en el número 101, que habita Dos Casas Hotel.

Más que un lugar para hospedarse, Dos Casas es un hogar para instalarse en consentimiento. Su ubicación privilegiada —histórica y geográficamente— en el centro de San Miguel, la manera en la que se preocupan por los detalles y el calor con el que hospedan, cocinan y abrazan, le hace sentido a todos sus títulos habidos y por haber.

Dos Casas comenzó a operar como hotel en 2004. Las dos casas sobre las que se erige fueron construcciones coloniales del siglo XVIII, que se restauraron y modernizaron para convertirlo en el primer hotel de diseño contemporáneo en San Miguel. Pero como en cualquier hogar, los interiores son los que te abrazan. Ahí dentro la arquitectura híbrida creada por el arquitecto Alberto Laposse y el interiorista Germán Velasco, fue labrada en piedra, mármol, metal, piel y madera, lo que aporta la rusticidad que esperamos en un lugar como éste, pero la modernidad de su funcionamiento y acabados, la comodidad de sus instalaciones, y el mobiliario (contemporáneo), te sitúan en un espacio de primer nivel que lo tiene todo.

Para empezar, un recorrido escueto —porque nada vale más que vivir la experiencia—: Son 12 habitaciones, 6 tipos diferentes; la Classic Suite, la Signature Suite y la Rooftop Suite, por ejemplo, tienen tina de hidromasaje y ducha de lluvia. Las Signature Suites incluyen una pequeña zona de estar, balcón o terraza. La Rooftop Suite, tiene una terraza privada con opción de jacuzzi y una inigualable vista a la ciudad. Eso sí, todas tienen camas king, aire acondicionado —y lo que todos sabemos que debe tener una buena habitación equipada— y el diseño característico de la casa, que refleja una visión interesante de un México moderno con tintes costumbristas y acabados del 2020.

El hotel, más bien la casa, tiene un momento holístico para el relajamiento, la concentración y el consentimiento declarado en el spa —nombrado por Spa & Wellness de México y Caribe, como el Mejor Boutique Spa de México 2017 y 2018—. Un santuario abierto de 9 a 9 para vivir una experiencia entera a otro nivel. Ahí los expertos terapeutas te tratarán bien, pero también te van a guiar en el diseño de tratamientos personalizados para ayudarte a abrir tus sentidos y entrar en contacto con tu propio ser.

Pero es la mesa, el sabor de casa, donde sucede la verdadera consagración del entorno. Esa mesa —restaurante, comedor o cocina abierta—, es la mesa del Chef Oliver Deboise, el Aperi, una experiencia de ingredientes locales y frescos, con un menú en 5 tiempos y otros platillos de degustación, todos con ingredientes locales, desde los encurtidos hasta las burratas, todo es cultivado para que Aperi haga magia. Pero si hay algo que se tiene que presumir en específico, es el pan, el pan de Panio, horneado horas o minutos antes de llegar a tu boca, es el mismo pan que los mejores restaurantes de San Miguel Allende compran para vender, es la baguette que todos quieren. 

Así podría hablar extendido de todo lo que lo constituye a Dos Casas Hotel y su familia, porque tiene una grande: Panio, Cumpanio, Jacinto 1930… y Garage —por mencionar algunos— donde, por cierto, se dio la primera edición de Albergue Transitorio de Julia y Renata en San Miguel, pero la verdad es que estas cosas se tienen que vivir. Si viajas a San Miguel de Allende explora la ciudad sí, pero hospédate, o date el gusto y el placer de conocer Dos Casas Hotel. Te recibirán como en casa.

Conoce más de Dos Casas Hotel & Spa en doscasas.com.mx