Presentarse en la semana de la moda no es cosa fácil, significa meses de preparación, castings, fittings, investigación, creatividad y lo más importante: un propósito para crear un desfile que trascienda. Así lo hizo Fábrica de Punto el pasado 16 de octubre, en Mercedes-Benz Fashion Week México con prendas —hechas 100% de hilos de algodón reciclado— que responden a una comodidad elevada, minimalista y neutra.

Fundada en 2019 por Fernanda Muñóz, en Puebla, Fábrica de punto forma parte de un gremio generacional y familiar dedicado al tejido de punto desde 1940. Su historia comienza con el sueño de Juan Muñóz —papá de Fernanda— y una máquina traída de Italia para crear lienzos de tela, y después convertirse en toda una fábrica dedicada a tejer los hilos de algodón, y así emprender el viaje de la producción de prendas hasta llegar a lo que son el día de hoy.

Guiada por una preocupación sustentable, la marca busca ser una respuesta al consumo y manufactura responsable, orgánica y justa. Algunos de sus pilares son hacer acabados a mano y usar materiales reciclados y nacionales, resultando en texturas y patrones que forman prendas duraderas y funcionales.

Bajo esta premisa y siguiendo el hilo conductor de su historia familiar, Fábrica de Punto presentó su colección La Tejeduría, un homenaje a la fábrica donde nació la marca y al oficio de tejer, que busca prevalecer en un mercado de inmediatez y producción masiva. Un desfile lleno de emociones que honra lo hecho a mano, la atención al detalle y el trabajo colaborativo.

No hay nada mejor que ver tu legado de manera tangible, y así es como la colección fue un pasaje de patrones en punto que se convirtieron en relatos de la familia Muñóz, un álbum generacional que tomó vida a partir de las prendas reinventadas de su archivo que empezó a formarse desde hace 80 años. Un claro ejemplo de la relevancia de la moda y su capacidad de guardar y transmitir recuerdos hilo por hilo.

Por otro lado, el estilismo, logró ocupar un espacio en mi memoria, pues cada prenda abrazaba el cuerpo creando una metáfora de la prenda como una segunda piel. Esta simbiosis entre cuerpo y objeto no solo destacó la artesanía del diseño, sino que también sacó a relucir una narrativa visual ingeniosa. 

Para culminar el impacto visual de algunos conjuntos, se introdujeron sombreros de Delagarza x Daniel Nystreöm hechos de piel con formas que salen de lo convencional, y para el calzado optaron por una selección de deadstock de la marca Muro, 100% mexicana, que forma parte del archivo de los estilistas. Siempre es un gusto ver proyectos que se atreven a innovar sin perder su esencia, apegándose a sus raíces sin miedo a compartir la experiencia personal. Porque eso es lo que crea algo único e inconfundible. Fábrica de Punto pasó de ser una marca exclusivamente de camisas masculinas a la capacidad de confeccionar una colección entera. 

Conoce más sobre Fábrica de Punto en www.fabricadepunto.com