El día en que Luca Guadagnino vistió su obra de Valentino

Recuerdos diacrónicos vestidos de alta costura

0808
texto Melisa Olivares

Cuando Valentino presentó su Colección Primavera-verano 2020, el periodista Tim Blanks escribió que el moodboard en el backstage de la pasarela incluía la siguiente frase de Edgar Allan Poe: “All that we see or seem is but a dream within a dream”. Los sueños, su falta de congruencia y caracter onírico es también el que permea en el cortometraje de The Staggering Girl, dirigido por Luca Guadagnino, y en el que colabora con Pierpaolo Piccioli, el director creativo de la casa italiana.

 

Luca Guadagnino y Valentino

 

A modo de fashion film, el cortometraje sigue a Francesca (Julianee Moore), una italoamericana que sale de Nueva York rumbo a Roma para convencer a su anciana madre que vuelva con ella. Los fantasmas de la juventud de Sophia —su madre—, y Francesca se entremezclan, van y regresan como un torbellino.

 

La memoria es también un sueño engañoso. Como una especie de juicio final consigo mismas, el recorrido introspectivo de ambas mujeres es sostenido por la banda sonora de Ryuichi Sakamoto, quien da solidez con sutil magnificencia a este repaso diacrónico de escenas aparentemente inconexas.

 

Luca Guadagnino y Valentino

 

El diseño de arte controlado y hermoso —muy propio de Guadagnino— acompaña los vestidos de Valentino Haute Couture, pertenecientes a dos de sus colecciones de 2018, donde su herencia italiana y la alta costura se unen para crear prendas de volúmenes desordenados y capas que parecen tapizadas con recuerdos.  La presencia del personaje de la actriz KiKi Layne es como un leitmotiv que viene a recordarnos la magnificencia de Valentino, haciendo apariciones aleatorias usando alguno de sus vestidos.

Por otra parte, el actor Kyle McLachlan aparece varias veces durante el metraje, interpretando varios papeles, de hecho es la única presencia masculina en la cinta, lo que hace parecer que en el territorio de la memoria femenina ese detalle quedará relegado.

 

Después de 37 minutos, Luca Guadagnino da fin al sueño con una escena que pareciera una epifanía femenina, pero no cualquier visión, una revelación vestida de Valentino.

 

Encuentra este cortometraje en la plataforma MUBI.

 


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Tessa ÍA

Jarra blanca con hoyos, 1988. Esculturas en barro de Adolfo Riestra,  © cortesía de Archivo Adolfo Riestra

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