La piel es epítome de la sensualidad y una representación de la lujuria; y el tacto, el mejor aliado para experimentarla. Pero el cuerpo necesita otros elementos para ofrecer una experiencia realmente inmersiva. La nueva colaboración entre la artista Caroline Vreeland y la firma de lencería Kiki de Montparnasse para Farfetch, propone justamente eso.

Para Kiki de Montparnasse, todo inicia con el concepto de provocar. Jennifer de Zuccarini —la fundadora de la marca— confecciona ropa que, si bien es para disfrutarse, también sirve como un elemento de fortaleza para accesorizar el cuerpo femenino y vestirlo de encajes, satines y chiffones que, si bien no fallarían como un elemento para impactar a un espectador, también sirven para sorprender a ellas mismas.

Caroline es cantante, actriz y modelo; y es perfectamente capaz de representar lo que Kiki de Montparnasse quiere dar a entender con sus prendas: alguien fuerte, clásico y honesto consigo mismo; características envidiables por todos aquéllos que se atreven a mostrar su cuerpo.

Esta colaboración se forma por un bloomer traslúcido y una tanga, ambas notoriamente reveladoras y en diferentes variantes de color. La parte más especial de las prendas es que tienen bordadas figuras significativas para Caroline, como un micrófono o un plato de pasta, que aumentan a la sensualidad implícita de las piezas un carácter lúdico. 

Pero al binomio Kiki-Caroline le faltaba un tercero para que esta colección pudiera ser más que un profundo deseo: Farfetch. La plataforma en línea —referente en la comercialización de artículos de lujo— tiene la colección en exclusiva. Además, la colección completa de Kiki de Montparnasse también hace su aparición en en la lista junto a esta colaboración.

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