El nuevo bolso de Chanel
texto Danaé Salazar
personaje Ilse Salas, Frida Escobedo & Cecilia Suárez
estilismo Carlos Víctimo
maquillaje Ana G. de V. para Chanel
pelo Gustavo Bortolotti y Tomás Garza
locación Foro Zony Maya
asistentes de fotografía Melani Cruz, Ricardo Álvarez y Luis Lemus

La imagen es la siguiente: un ser humano perdido y desubicado, solitario en su forma más textual, pero, plena conciencia aparte, buscando su libertad. Gabrielle Chanel tenía 12 años.
Son las primeras páginas del libro de Paul Morand, The Allure of Chanel, y ahí está todo. La timidez, la simpleza, la discordancia, el otro ritmo, el sarcasmo, la tristeza. Es raro, porque no fue sino hasta muchos años después de esos 12, que se pudo vislumbrar el genio, la beligerancia y el carácter indomable de Coco Chanel. Antes de su despegue, la vida no llegaba a hacerle siquiera un guiño. Su infancia, curiosamente, le dio la fortaleza que le valió cambiar la historia. Con un espíritu de rebeldía más bien intrínseco que consciente, Mademoiselle Chanel cambió no sólo el rumbo de una moda rígida y apretada, sino la visión de una sociedad anquilosada como la moda misma. Coco fue un parteaguas.
Me gusta imaginar, como dice Morand, su voz como lava, lo que significa ser una mujer volcán en tiempos donde la mujer tenía que ser otra cosa, lo apagado. Coco trajo libertad e independencia —sí, su pelo corto en lugar del largo y siempre peinado, sí, el pantalón en lugar de la falda, sí, el algodón en lugar de los materiales rígidos—, pero sobre todo libertad en su postura, como símbolo y como inspiración. Y me gusta imaginar esta mezcla para hablar de una bolsa, la nueva Gabrielle, que nace del espíritu que representa Coco Chanel.
Así llegamos a nuestras mujeres volcán. El último capítulo de una serie de tres, Ilse Salas, es reflejo de aquello que en su época sembró la pequeña Coco, como la llamaban. Una voz que, a su modo, ha logrado libertad y alcanzado fortaleza. Ella va hombro a hombro con Gabrielle.

“Me gusta ser franca y directa; mi voz es combativa. Suelo ser muy clara y seca, pero con mucho sentido del humor, eso me permite moverme en muchos terrenos. En mi trabajo, por ejemplo, explotar la sexualidad es parte del negocio, y cuido mucho no jugar ese rol; si una revista quiere trabajar conmigo, tendremos que hacer algo más interesante que sólo pedirme que modele calzones. No vendo nada que no soy: lo que ven es lo que hay. Así es la gente con la que me gusta estar, en el trabajo y en la vida.”

—Ilse Salas, actriz, sobre la voz que le ha permitido
abrirse brecha en su vida personal y profesional.
Frida Escobedo
La imagen es la siguiente: un ser humano perdido y desubicado, solitario en su forma más textual, pero, plena conciencia aparte, buscando su libertad. Gabrielle Chanel tenía 12 años.
Son las primeras páginas del libro de Paul Morand, The Allure of Chanel, y ahí está todo. La timidez, la simpleza, la discordancia, el otro ritmo, el sarcasmo, la tristeza. Es raro, porque no fue sino hasta muchos años después de esos 12, que se pudo vislumbrar el genio, la beligerancia y el carácter indomable de Coco Chanel. Antes de su despegue, la vida no llegaba a hacerle siquiera un guiño. Su infancia, curiosamente, le dio la fortaleza que le valió cambiar la historia. Con un espíritu de rebeldía más bien intrínseco que consciente, Mademoiselle Chanel cambió no sólo el rumbo de una moda rígida y apretada, sino la visión de una sociedad anquilosada como la moda misma. Coco fue un parteaguas.
Me gusta imaginar, como dice Morand, su voz como lava, lo que significa ser una mujer volcán en tiempos donde la mujer tenía que ser otra cosa, lo apagado. Coco trajo libertad e independencia —sí, su pelo corto en lugar del largo y siempre peinado, sí, el pantalón en lugar de la falda, sí, el algodón en lugar de los materiales rígidos—, pero sobre todo libertad en su postura, como símbolo y como inspiración. Y me gusta imaginar esta mezcla para hablar de una bolsa, la nueva Gabrielle, que nace del espíritu que representa Coco Chanel.
Así llegamos a nuestras mujeres volcán. El segundo capítulo de una serie de tres, Frida Escobedo, es reflejo de aquello que en su época sembró la pequeña Coco, como la llamaban. Una voz que, a su modo, ha logrado libertad y alcanzado fortaleza. Ella va hombro a hombro con Gabrielle.

El nuevo bolso Gabrielle se presentó en el desfile Prêt-à-Porter primavera-verano 2017 y, con todo el adn de una creación Chanel, es una bolsa que libera el movimiento de las mujeres, una bolsa de líneas funcionales. Está disponible en tres tamaños, una mochila, una bolsa cabas grande y una flexible dentro de un estuche rígido.
“Vengo de una familia de mujeres fuertes, independientes y generosas. Han superado situaciones muy difíciles, siempre con gracia y temple. De ellas aprendí que los verdaderos cambios se hacen con las pequeñas accio- nes, con los pequeños gestos.”

—Frida Escobedo, arquitecta, sobre lo que significa hacer un cambio como mujer, en todo ámbito de su vida.
Cecilia Suárez
La imagen es la siguiente: un ser humano perdido y desubicado, solitario en su forma más textual, pero, plena conciencia aparte, buscando su libertad. Gabrielle Chanel tenía 12 años.
Son las primeras páginas del libro de Paul Morand, The Allure of Chanel, y ahí está todo. La timidez, la simpleza, la discordancia, el otro ritmo, el sarcasmo, la tristeza. Es raro, porque no fue sino hasta muchos años después de esos 12, que se pudo vislumbrar el genio, la beligerancia y el carácter indomable de Coco Chanel. Antes de su despegue, la vida no llegaba a hacerle siquiera un guiño. Su infancia, curiosamente, le dio la fortaleza que le valió cambiar la historia. Con un espíritu de rebeldía más bien intrínseco que consciente, Mademoiselle Chanel cambió no sólo el rumbo de una moda rígida y apretada, sino la visión de una sociedad anquilosada como la moda misma. Coco fue un parteaguas.
Me gusta imaginar, como dice Morand, su voz como lava, lo que significa ser una mujer volcán en tiempos donde la mujer tenía que ser otra cosa, lo apagado. Coco trajo libertad e independencia —sí, su pelo corto en lugar del largo y siempre peinado, sí, el pantalón en lugar de la falda, sí, el algodón en lugar de los materiales rígidos—, pero sobre todo libertad en su postura, como símbolo y como inspiración. Y me gusta imaginar esta mezcla para hablar de una bolsa, la nueva Gabrielle, que nace del espíritu que representa Coco Chanel.
Así llegamos a nuestras mujeres volcán. Comenzando una serie de tres, Cecilia Suárez, es reflejo de aquello que en su época sembró la pequeña Coco, como la llamaban. Una voz que, a su modo, ha logrado libertad y alcanzado fortaleza. Ella va hombro a hombro con Gabrielle.

El nuevo bolso Gabrielle se presentó en el desfile Prêt-à-Porter primavera-verano 2017 y, con todo el adn de una creación Chanel, es una bolsa que libera el movimiento de las mujeres, una bolsa de líneas funcionales. Está disponible en tres tamaños, una mochila, una bolsa cabas grande y una flexible dentro de un estuche rígido.
“Dada la no permanencia de todas las cosas y todos los seres, siempre estamos cambiando. La vida y lo que hacemos inevitablemente te pide o te regala esos cambios —son intrínsecos al movimiento de la vida misma, y la edad ayuda a apreciarlos cada vez más—. Los abrazas porque también significan la naturaleza de estar vivo, y porque en esos cambios hay sabiduría.”

—Cecilia Suárez, actriz, sobre las transformaciones que,
como mujer y ser humano, han marcado su vida personal y profesional.
Ediciones anteriores
Willy Chavarría
En un panorama global saturado de imágenes y discursos que suelen reciclar viejos cánones, la voz de […]
Sabina De La Cruz
lentes Carrera total look Fendi Otoño-Invierno 2025 Carrera Woman lentes Carrera mascada Hermès lentes Carrera mascada y […]
Cosmos: La geografía del cielo
Hay cuerpos que nunca envejecen: los astros y las piedras. Ambos nacen del fuego, ambos giran silenciosos […]
Ethea: Ser y permanecer
Hay algo especial en las colecciones que logran transmitir calma. Ethea FW25, de Hanson, pertenece a esa […]
El arte de mirar despacio
Hay una forma particular de mirar cuando uno usa lentes. No se trata sólo de enfocar el […]