Con un despegue monumental en redes sociales, el cantante español Leo Rizzi (Amapolas) ha cautivado a su audiencia con una propuesta musical que trasciende fronteras y emociones. Sus canciones están impregnadas de un profundo sentido de autoconocimiento, anhelos y sueños que invitan a la reflexión y a la conexión emocional entre cantante y espectador. Creando una fórmula que mezcla a España con Uruguay, Rizzi revela aspectos de su vida personal mediante la escritura, y los elementos visuales de los que se apoya al construir universos creativos que amplifican la cualidad emotiva de su obra y su reflejo de la experiencia humana, teniendo como temas constantes el cambio, el aprendizaje y la contemplación.

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SOPHIA GARDUÑO (SG): ¿Cómo influye tu cotidiano al momento de escribir música? 

LEO RIZZI (LR): Mi cotidiano en el momento de componer mi música es lo más importante, porque cuando no tengo historias qué contar o anécdotas que me han pasado para escribir o siento que lo que estoy haciendo no tiene valor o no tiene esa cualidad que hace que tenga sentido, mi cotidiano es lo que le da vida a las canciones, porque melodías y armonías pueden haber muchas, pero al final para que uno cante algo con sentimiento es porque hay algo que lo moviliza. 

Mi cotidiano ahora mismo oscila entre mis viajes, las giras, las personas que conozco cuando estoy de gira, las experiencias a las que me sumo, que también son muchas, en el sentido de que me encanta viajar para aprender diferentes cosas. Ahora me encuentro en un viaje en Portugal para aprender algo de permacultura y siento que todo esto al final del día tiene un resultado en mi trabajo.

SG: ¿A qué retos te enfrentaste al comenzar tu carrera musical a través de redes sociales? ¿Te hubiera gustado hacerlo de manera diferente?

LR: El gran reto a la hora de crecer un proyecto en redes sociales o empezarlo, es hacerte de un equipo con el cual te puedas sostener y a la vez puedas crear un proyecto con fundamento. Las redes sociales lo que movilizan es la viralidad inmediata, entonces esto moldea un poco la forma de trabajo, ¿no? Al final uno no se encierra tres meses para crear un álbum con un concepto, sino que puede confundirse y estar a merced de la viralidad e intentar hacer contenidos que se difundan masivamente. 

Pero creo que como todo, existe un estado de regulación y todos hemos pasado por eso y ahora estamos en un proceso muy diferente en el cual le damos mucho más importancia al trabajo en sí, a la música, separada de las redes sociales, porque al final una canción tiene que tener alma por sí sola. Entonces ese es el trabajo al que uno se enfrenta, pero como todo en esta vida, hay influencias, hay momentos, hay contextos, y en este caso las redes sociales han influido de esa manera, aunque todo se puede revertir en el proceso creativo, creo que siempre hay nuevas variantes. 

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SG: ¿En qué momento llega la idea para un videoclip? ¿Cuáles son los pasos de tu proceso creativo? ¿Primero escribes y luego agregas música o viceversa? 

LR: Creo que hay una forma básica, que es la que yo utilizo sobre todo; sentarme con la guitarra, tocar acordes, buscar armonías, arpegios, sonidos que me hagan sentir y a partir de ahí indagar un poco en lo que me está provocando esa secuencia. Pero pasado el tiempo me he dado cuenta que las canciones que más siento son aquellas que nacen con una idea ya de base. Entonces suelo escribir en momentos dados cosas que me vienen e inspiraciones, luego retomo eso que escribo para ver qué estaba sintiendo en ese momento y empezar a escribir desde algo que surgió espontáneo con inspiración y no tirar del hilo en plena fase de buscar armonía y demás, porque al final creo que en esos momentos, puede que no llegue la inspiración y está bien, pero últimamente intento que las canciones salgan de momentos en los cuales yo he estado inspirado y tenía algo qué decir.

Así que parto de un texto y con ese texto le doy forma y lo encajo en una canción con una melodía y luego llega el videoclip. Yo creo que hay canciones con las que visualizas un videoclip desde el momento uno en el que estás componiendo, otras que vienen en el momento que ya está la canción masterizada y estás escuchándola y se te ocurre algo visual. En algunas otras ocasiones no se te ocurre nada y simplemente tiene que venir una productora o una persona creativa que aporte su visión y opinión al proyecto.

SG: ¿Cuál es la perspectiva que tienes de tu carrera después de dos años de la salida de “Amapolas”?

LR: La perspectiva que tengo de mi proyecto quizás sea que han sucedido muchísimas cosas, o por lo menos eso ha ocurrido desde mi punto de vista. Y ahora siento que en un momento de boom uno cree que lo ha conseguido todo y ahora me estoy dando cuenta que no he conseguido absolutamente nada, que aún quedan muchas cosas por pulir y muchas cosas por hacer. Y siento que no es que no haya hecho nada realmente, sino que hay una carrera por crear cada día, y esa no se crea con una sola canción. 

Entonces estoy en ese camino de entenderme como un proyecto y de ver mis aristas, de ver qué forma tengo. Y a partir de ahí crear mi universo y poco a poco confeccionarlo. Pero sí, en ese momento quizá creía que estaba todo hecho o que ya tenía un modus operandi, pero luego me di cuenta que no, esto es un constante aprendizaje y un constante subir y bajar y darte vueltas de carnero todo el rato. Así que eso es divertido diría yo. 

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SG: En muchas letras de tus canciones, videoclips, hasta en tu EP “Canciones para escuchar en el río”, incluyes aspectos de la naturaleza. ¿Esto refleja algún aspecto importante de tu vida?

LR: La naturaleza cumple un rol cada vez más importante, o sea, yo siento que desde que era un niño nací rodeado de naturaleza y sin saberlo, poco a poco me fui introduciendo en la parte más específica o la parte más concreta de ella, que es intentar conocer cómo funciona y sus procesos naturales, sus ciclos. Ahora estoy en un momento en el que la naturaleza lo es todo. Después de haber vivido mucho tiempo en la ciudad, siento un gran impulso por encauzar mi camino hacia algo natural, hacia la autosuficiencia y hacia esta investigación tan bonita que es conocer la Tierra en la que estamos parados y ver cómo funciona para encontrar la forma de convivir con ella y crear un hábitat en sinergia con este pulso que siempre he tenido escondido y ahora está mucho más despierto. Así que la naturaleza tiene un gran lugar en mi vida. 

SG: En tu más reciente sencillo “Algo Especial”, hablas sobre el cambio, el crecimiento y de volver a Uruguay —donde pasaste 11 años de tu vida—. Para ti ¿Cuál es la importancia del cambio y qué lo hace tan único?

LR: El cambio hace que haya movimiento y ese movimiento genera perspectiva. Creo que es lo más importante. Cuando uno experimenta con la vida, se da cuenta que lo que aún lo hace crecer es ver las cosas desde diferentes puntos de vista. Uruguay me dio una apertura de mente que conseguí a través de conocer nueva gente, nueva cultura e integrarme en una nueva sociedad. Todo esto ha hecho que tenga las herramientas para ver las cosas de una manera diferente. Pero cuando vuelvo [a Uruguay] siento que soy la misma persona. Y eso es una cosa de la esencia. Uno, cuando vuelve a la tierra donde crece siente una afinidad con todo, con los olores, con los lugares, con la gente y con la forma de hablar. Al final, cada cultura tiene una forma de expresión y eso es algo que se imprime en la sangre y uno se lo lleva a donde va. Y es verdad que uno se adapta, pero cuando uno vuelve, se siente cómodo, entendido y comprendido. 

Entonces, para mí Uruguay es un lugar muy importante porque es donde me creé, donde me crié, donde desarrollé mi personalidad y mi persona. Es verdad que más adelante en Valencia, en España, he encontrado otro amparo, pero mi infancia está allí. Entonces siento que forma parte muy importante de mi vida y de mi historia. Así que siempre lo honraré y creo que es de las cosas más, más sagradas que tiene el ser humano, la raíz. En la raíz me hallo cómodo y hallo respuestas también, así que es importante volver para encontrar esas respuestas. 

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SG: ¿Cuál es tu objetivo actual al hacer música? ¿Crees que cambie en el futuro?

El objetivo de hacer música siempre es un poco el mismo, aunque la motivación puede ser diferente. Ese objetivo es el momento en el que hago música, es el instante en el que hay silencio y estoy conmigo mismo. Creo que no hay un objetivo a largo plazo cuando uno crea.

¿Mi objetivo cambiará en el futuro? Esa es la pregunta. Yo creo que como todo, va variando, pero puedo decir con certeza que mi motivación para hacer música siempre va a ser la misma, porque cuando empecé con todo esto tenía un sentimiento a los siete, ocho años. Y el sentimiento actualmente es el mismo, es esa búsqueda por el placer, por encontrar esos sonidos, por llegar a esos lugares y eso no ha cambiado nunca.

SG: ¿Qué es lo que más disfrutas de cantar, tocar y componer?

LR: Lo que más disfruto es entrar en ese estado meditativo, en ese momento de conexión, de disfrutar de cada nota, de cada acorde, de cada armonía, de expresar cosas que muchas veces no puedo mediante el habla. Y también cuando me conecto con el público, cuando canto mis canciones en directo, se acaba de cerrar el ciclo. Encuentro que hay un reflejo de mí mismo en esas personas, que esas personas se reflejan en mí también. Y creo que se forma una sinergia, una simbiosis muy hermosa. Lo que más disfruto es crear desde un lugar en el que puedo ver a la gente disfrutar en los conciertos. Para mí eso es lo más importante.