Logomanía. En los 80, la tendencia fue el exceso. En la década posterior regresó disfrazada de branding. Llevar los logos de ciertas marcas en bolsos, suéteres y ropa interior denotaba prosperidad, estatus y ¡poder!

Vino el minimalismo de principios de siglo y el deseo de llevar logos de manera tan evidente disminuyó, pero hace un par de años la logomanía volvió.

La francesa —experta en marroquinería— Longchamp hace ahora lo propio con la colección LGP. Su monograma, reinterpretado, reinventado e irreverente —una sacudida a su tradición y elegancia muy parisinas— cubre una y otra vez, en duotonos, backpacks, crossbodies y totes. Llevar el logo de nueve letras, en cualquier idioma, deletrea: energía.

www.longchamp.com