“El silencio es sólo el marco o el contexto que posibilita todo lo demás”
Pablo D’Ors
El silencio en las artes es la pauta para infinitas posibilidades. En la música, el cine o la fotografía se representa con pausas, negros absolutos o espacios vacíos. El silencio es lo que le permite al artista escuchar sus propios pensamientos y el alboroto del exterior que repica como campanadas al oído, que distrae, pero al mismo tiempo cuestiona e inspira.
Para la artista tapatía Paola Ávalos, el silencio se hizo murmullo y éste terminó convirtiéndose en una estruendosa serie de piezas inéditas a la que tituló Silencios Sonoros, la última exposición con la que el Museo de las Artes (Musa) de la Universidad de Guadalajara, junto con el apoyo del Legado Grodman, le abre sus puertas, cada año, a un artista emergente para que éste tome el recinto y lo convierta en taller para la creación de sus piezas, a la vista de todos los visitantes.
Ahí comenzó el reto de Paola: la desconexión del ruido exterior para encontrar esa voz interior que le permitiera trabajar la técnica con la que se ha consolidado como una artista a la que hay que seguirle los pasos: la encáustica, un milenario procedimiento que utiliza cera de abeja mezclada con pigmentos o tintas, para colorearla, y con aceites o resinas que permiten modificar su consistencia.
Egresada de la Licenciatura en Diseño Gráfico de la Universidad de Guadalajara, Ávalos soñaba con convertirse en bailarina profesional cuando era una adolescente. El momento en el que se enamora de la pintura, y en particular de la encáustica, no es del todo claro, explica en su libro Grabar a fuego: La expresión de la encáustica (2021). “Lo más obvio sería ubicarlo en Chicago, cuando estuve por primera vez frente a una encáustica de Jasper Johns (Target, 1961) que me impresionó muchísimo”, precisa.
Las clases de dibujo y pintura con Nancy Webber, en el Harbor College de California; un intercambio en el Columbia College de Chicago, y la posibilidad de asistir a los talleres de encáustica de la artista Barbara Ellman, en Nueva York, se sumaron a la razón por la que Paola dedica días y noches a perfeccionar su técnica y a buscar en su peculiaridad abstracta el conducto para crear su obra y hacer escuchar su voz.
Silencios Sonoros fue el resultado de exponerse al ruido exterior y permitir que éste no se convirtiera en un impedimento para moldear, raspar, esculpir, calentar y derretir la cera ante la vista y los cuestionamientos de una audiencia (de acuerdo con el museo, la artista fue visitada por cerca de 2 mil 600 personas entre julio y agosto de 2022).
“En verdad que fue un reto enorme para mí. Mientras trabajaba y llegaban los visitantes fue que comencé a valorar el silencio de mi taller, que me permite concentrarme y crear, así que fue durante esas primeras semanas tan intensas en las que sentía que no avanzaba que empecé a desarrollar el título y cómo iba a presentar mi obra, fue en esos días de tanto alboroto que comencé a pensar en el silencio del estruendo, de aquello que te distrae, de los ruidos que te aturden, pero que te inspiran al mismo tiempo. Durante esas semanas de ruido fue que nació Silencios Sonoros”, explicó Paola durante una visita guiada a los pocos días del cierre de su exhibición en Guadalajara.
Para acompañar el silencio de las piezas bidimensionales (que cabe mencionar, es casi imposible no tocar), Ávalos invitó a la compositora y violinista Abigail Vásquez, quien creó una pieza sonora que contrastaba con la quietud de los tonos neutros de la sala y los relieves que saltaban de los lienzos. Una suerte de altos decibeles que tras unos minutos en la habitación parecían desaparecer para dar paso al silencio sepulcral de un museo.
“Paola Ávalos nos comparte sus silencios de una manera abstracta, a partir de superficies tersas y rugosas, rompiendo esa dicotomía del negro y el blanco, llenando de fronteras grises espacios que aguardan para provocar silencios en quien mira su trabajo de encáustica”, escribió Adrián Guerreo, curador de la exposición.
Si quieres conocer más sobre el trabajo de la tapatía, visita paolaavalos.mx
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