El tiempo en TANE es imprescindible. Desde el que se toma para pulir detalles o perfeccionar la técnica —que a veces puede llevar décadas—, hasta el tiempo que se ha tomado para construir su historia, que desde los 40 la ha forjado como experta en lo que hace; transformar la plata.

Transformar plata es un compromiso que se toma de por vida. Para poder ser aprendiz, uno debe de tener mínimo diez años de práctica. En los pasillos de la fábrica donde todo sucede —y donde cada paso nos hace sentir como en una cápsula del tiempo—, el joyero debe conocer cada parte del proceso que recorre la plata en crudo hasta llegar al pulido y grabado. La persona con más tiempo en este oficio lleva 33 años como maestro joyero en TANE. El título del que presumen, el de ser expertos en plata, se gana a pulso, y le da a cada pieza un valor difícil de calcular.

Cada una de sus piezas tiene trasfondo en la cultura del país, más allá de ser líderes en la producción de plata, México es la propia fuente de inspiración. De forma abstracta, TANE retoma elementos de la cultura Maya, con sus tequileros, y de manera literal recuerdan el icono del vochito hoy descontinuado, en una colaboración con Betsabé Romero para la creación de una pieza de arte de edición limitada. Para su última colección, su musa es la flor nacional de México, la Dalia. El balance y simetría de este diseño muestra la perfección de sus procesos y cómo estos valores encuentran un punto medio con la naturaleza.

Aunque los ritmos actuales hacen cada vez más difícil dedicarle la vida a un solo oficio, TANE sigue dedicándose en cuerpo y alma, por algo es la única marca que sigue haciendo cubertería de plata a mano. ¨Si no lo hacemos nosotros, la técnica desaparecería¨, dicen con orgullo los joyeros que nos guiaron en un recorrido por la fábrica. Aferrarse a una tradición no siempre es la forma más fácil de seguirle el paso al mundo, pero así como se mantienen apegados a la técnica, lo hacen también con la herencia mexicana.

Conoce toda la colección en  www.tane.com.mx