Tendaberry y la melancolía del presente

La ópera prima de Haley Elizabeth Anderson

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texto Zunshu
fotografías cortesía de MUBI

Tendaberry es la ópera prima de la directora estadounidense Haley Elizabeth Anderson. En ella seguimos a Dakota, una joven de 23 años en el sur de Brooklyn que, tras la partida de su pareja a Ucrania, se ve obligada a enfrentar sola su supervivencia en Nueva York. Aunque su historia está atravesada por la ficción, se nutre de lo real: la directora conoció a Dakota cantando en el metro y, tras escuchar su historia, tejieron una amistad que terminaría transformándose en esta película que recrea muchas de las experiencias que Dakota vivió.

Filmada con una mirada cercana —a veces cruda, a veces poética—, Tendaberry nos permite habitar un espacio suspendido entre la ausencia y la esperanza. Cada cuadro que en la pantalla parece casual —una conversación callejera, una tarde en la playa, el crujido de un tren— resuena por su honestidad literal. Es una historia que, aunque ocurre del otro lado de la frontera, se siente familiar: la juventud incierta, el peso de crecer, las diferencias de clase que marcan el ritmo de lo cotidiano, la soledad. Hay algo en Dakota que recuerda a personas que conozco aquí, en la Ciudad de México, que enfrentan esa lucha silenciosa por seguir adelante cuando todo se siente tembloroso.

 

Como contó la directora en nuestra conversación, su intención fue capturar un retrato del barrio antes de que cambiara para siempre. Tendaberry es eso: un registro visual del presente, un fragmento de mundo encapsulado en el tiempo.

Zunshu (Z): ¿Cómo llegó Dakota a ti? ¿Qué te atrajo de su historia y por qué era importante contarla así?

 

Haley Elizabeth Anderson (HEA): Conocí a Dakota en el tren, una noche de 2018. Estaba cantando en el metro y, aunque pasó muy rápido, su presencia era inconfundible. Logré conseguir su contacto y seguimos en comunicación. Nos vimos un par de veces en Coney Island. Desde el principio me pareció única, con una energía muy particular.

 

Había algo en ella… como si fuera una hermana menor. Empecé a hacer algunos bocetos de lo que podría ser la película, y un día simplemente le pregunté si quería actuar. Para mi sorpresa, acababa de mudarse a la ciudad y tenía una lista de cosas que quería hacer, participar en una película independiente era una de ellas.

 

Aunque casi todo en el filme es ficción, está profundamente inspirado en ella: en quién es, en su personalidad. Fue muy abierta durante todo el proceso, muy auténtica en su manera de interactuar. Nunca sentí que tuviera que enseñarle nada, sólo necesitaba que alguien le dijera que sí podía hacerlo, y lo hizo con una naturalidad tremenda.

 

Stella, por ejemplo, quien interpreta a su amiga, era una de nuestras directoras de casting, se llevaron tan bien en la vida real que decidimos integrarla a la película. Muchas cosas surgieron así, casualidades de la vida.

Z: Uno de los elementos más representativos de Tendaberry es la ciudad. Nueva York se siente como un personaje más. ¿Qué representa para ti y cómo construiste esa visión?

 

HEA: No crecí en Nueva York. Soy de Texas, pero llevo casi diez años viviendo en el sur de Brooklyn. Mientras estudiaba y vivía ahí, sentía que esa zona era la única que no estaba cambiando tan rápido como el resto de la ciudad, aún no había llegado del todo la gentrificación. No es un barrio cool en el sentido típico.

 

Quería capturar ese vecindario antes de que cambiara, retratarlo tal como lo conocí. Y sí, terminó volviéndose casi un personaje.

 

Filmamos en la calle, mi intención era registrar la ciudad tal como es ahora, como se hacía en los años 70, cuando el cine funcionaba como cápsula del tiempo. Quise que esta película fuera eso: un testimonio visual de un lugar en proceso de cambio.

Z: Visualmente, la película tiene un lenguaje muy auténtico. Las texturas, los interludios, la cercanía con Dakota ¿Cómo se desarrolló ese lenguaje? ¿Fue más instintivo o partió de referencias?

 

HEA: En este proyecto tratamos de evitar referencias. Teníamos una especie de brújula con filmes como Rosetta, de los hermanos Dardenne, pero el estilo se desarrolló conforme filmábamos.

 

Queríamos estar presentes con Dakota. Nunca por delante de ella, ni como personaje ni como espectador. Así que fuimos desarrollando un estilo documental. A medida que su vida se volvía más caótica, queríamos que la cámara lo reflejara también, y que todo se calmara hacia el final, en el verano.

 

Muchas decisiones fueron prácticas. Cuando no tienes mucho tiempo y trabajas con actores primerizos, necesitas filmar muy cerca. Eso ayuda a capturar momentos y gestos.

 

La textura siempre fue parte del plan. Con nuestro director de fotografía, hablábamos primero de sensaciones, de sonidos, de los cinco sentidos. Más que ver imágenes, pensábamos en lo que queríamos que el espectador sintiera en un lugar o en una escena… el estilo fue creciendo con nosotros.

Z: Esta es tu ópera prima y ya se siente como una declaración clara de tu voz y mirada. ¿Qué historias te gustaría contar en el futuro? ¿Cómo imaginas tu evolución como cineasta?

 

HEA: Gracias por decir eso. Estoy trabajando en mi próxima película, que será una road movie. Quiero seguir contando historias de personas en movimiento, en transición, historias de clase trabajadora, que es el mundo en el que crecí y el que conozco.

 

En esta nueva película hablo de la supervivencia desde otro lugar. También de la familia elegida y de la pérdida. Creo que mis películas seguirán moviéndose dentro de esos márgenes. No se trata de elevar esas historias, sino de hacerlas visibles.

 

Me interesa explorar el género, incluso el horror, pero sospecho que los hilos temáticos serán similares.

 

Z: Para cerrar, en la película hay estos pequeños interludios con “palabras secretas”. Si tuvieras que elegir una palabra secreta, ahora que termina la experiencia de Tendaberry, ¿cuál sería?

 

HEA: Qué difícil. Diría… contentment (alegría, satisfacción), por ahora, al menos. A ver qué palabra aparece la próxima vez que hablemos.

Tendaberry ya está disponible para streaming en MUBI.com


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