The Substance

El precio de la juventud perpetua

1809
texto Sophia Garduño
stills cortesía de MUBI

La presión de ser eternamente perfecta siempre está presente en la cultura mediática, de la televisión al cine. Una perfección que responde a una estética impuesta por una male gaze, donde los requisitos para permanecer relevante se rigen por una piel libre de poros abiertos, unas piernas firmes, un abdomen plano y un color de pelo que no responde al paso del tiempo. Requisitos que —por supuesto— son solicitados en una mujer y que Coralie Fargeat —directora francesa— busca abolir y hacer evidentes en su nuevo filme The Substance, una producción de MUBI que desarrolla una experiencia sensorial que nos lleva a un viaje estresante liderado por la presión social.

En la trama de este largometraje, la edad máxima para destacar en Hollywood son los 50 años, una edad donde el “encanto” de una mujer simplemente se detiene. Es así como vemos a Elisabeth Sparkle (Demi Moore) adentrarse en una crisis desenfrenada por mantenerse infinitamente joven y bella, intentando sobrepasar cualquier limitante biológica que la detenga de obtener su objetivo: seguir apareciendo en televisión. 

 

Pero, ¿qué pasaría si esto fuera más allá de un deseo obsesivo y procesos estéticos ya conocidos?, pues The Substance altera la realidad y la corporalidad, creando una narrativa que eleva el concepto de “cambiar de cuerpo” y llevándolo a un contexto materializado: Sue (Margaret Qualley), la versión mejorada, más joven, más “hermosa” y más “perfecta” de Elisabeth Sparkle. Una joven que se encuentra en sus 20 y responde a la novedad que el público exige.

A través de tomas muy cerradas, colores vibrantes y un audio estilo ASMR, la película transmite una ansiedad inmersiva, esa experimentada por Elisabeth Sparkle y Sue, mientras su cuerpo pasa por cambios inconcebibles, propios de un horror corporal. Mediante hipérboles y ficción, Coralie Fargeat muestra la influencia que tienen las palabras de los demás sobre nosotras, el anhelo de la aceptación y la desesperación de ser amada hasta perder la identidad.

 

Con tintes de Carrie, Requiem for a Dream e Infinity Pool, The Substance logra ser un gran balance para ahondar en la adicción por estándares de belleza absurdos y el anhelo de ser otra persona para eliminar inseguridades propias.

The Substance está disponible en cines a partir del 19 de septiembre.


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