Llevamos muchos meses rodeados de diferentes expresiones acerca del cincuenta aniversario de Tlatelolco y de las Olimpiadas en México. Mi experiencia con este aniversario tan importante se acentuó cuando mi mamá me mostró el vestido que usó cuando fue edecán de las Olimpiadas.

El vestido es una reliquia. Está en perfecto estado y el diseño con sus líneas psicodélicas de color rosa y una capa reversible grita México 68. Me lo probé para ver si me quedaba y me quedó como mandado a hacer. En ese momento empezó mi obsesión por lo que sucedió en 1968.

Hace medio siglo los jóvenes se manifestaron masivamente en muchas partes del mundo, se vió por primera vez la tierra desde el espacio por el Apolo 8, época de la guerra de Vietnam, el asesinato de Martin Luther King, la masacre de Tlatelolco y las Olimpiadas en México. Podría seguir y llenar esta página de los acontecimientos importantes de aquel año que cambió el mundo y agregarle los discos de aquella época que ahora son clásicos: el White Album de Los Beatles, The Jimi Hendrix Experience, Johhny Cash en Folsom Prison, Cheap Thrills de Big Brother and The Holding Company con Janis Joplin, entre muchísimos más.

Para mi mamá, que entonces era una joven de 21 años, fue una época sumamente emocionante porque trabajó en las Olimpiadas. Para mi suegra que es de Nueva York el 68 significó otra cosa  diferente, pero igual de importante. El movimiento hippie, Vietnam, el asesinato de Martin Luther King y la música. Estas dos mujeres que vivían en diferentes países tienen marcado el 68 en su memoria y así hay millones de historias por todo el mundo. Todas diferentes pero igual de importantes.

Decidí pedirle a un amigo que me tomara unas fotos con el vestido de edecán de mi mamá y lo que acompañó mi obsesión también fue escuchar música del año. Fue un año de grandes discos y en la música se escucha la originalidad, magia, libertad, psicodelia, rebeldía y entrega de los jóvenes sesenteros.

A raíz de esta foto me invitaron a la celebración del 50 aniversario de las Olimpiadas y fui con mi mamá. Estuvieron presentes muchos medallistas mexicanos, internacionales y otras edecanes. Nunca había visto a mi mamá tan emocionada. Toda esta gente que vivió las Olimpiadas muy joven se reencontraba 50 años después y se sentía la emoción que se vivió en esa época. La mejor descripción de lo que viví en esa celebración, está en la sensación que me da cuando veo ese vestido.

Me pregunto cómo recordaremos el 2018 en 50 años cuando seamos viejos. ¿Recordaremos los movimientos sociales tal como recordamos los del 68? ¿La música de este año tendrá la fuerza y personalidad de hace medio siglo? ¿Veremos la moda de este año como algo lindo o ridículo? ¿Seguirá este vestido en perfecto estado?