Diego Zúñiga: La moda es un camino introspectivo

Una exploración que se vuelve en acto íntimo y político

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texto Emiliano Villalba
fotografía Yvonne Venegas

La moda, en su expresión más transgresora, se convierte en un poderoso lenguaje que desestabiliza las convenciones y nos obliga a repensar los límites de la masculinidad. A través de ella, un grupo de diseñadores contemporáneos, cuya especialización es el menswear, se levanta para desafiar las normas establecidas, utilizando la cultura, el tiempo y la pasión como un medio para explorar la identidad, el cuerpo y el género en toda su complejidad. Sus creaciones, lejos de la monotonía de las tendencias, se transforman en un manifiesto no sólo visual sino físico que incomoda, provoca y cuestiona, al mismo tiempo que reflexiona sobre el tiempo presente y lo inmortaliza en cada colección, foto y decisión empresarial.

 

Estos diseñadores, como verdaderos escritores de la moda, se sumergen en las profundidades de la introspección, la liberación y la creación de espacios seguros donde la individualidad se celebra sin restricciones. Su labor convierte la moda en una ventana hacia un futuro donde el deber ser se desvanece y la libertad individual se convierte en el nuevo paradigma que la moda mexicana necesita.

Vestir nuestro cuerpo es quizá una de las actividades más solitarias que existen en el mundo. A pesar de vestirnos para la otredad y de ser influenciados por nuestro contexto, el sentimiento de introspección se manifiesta ante nosotros como visiones fantásticas que nos dicen qué usar y qué combinar. Al imprimir lo que somos en nuestra vestimenta, no sólo dejamos una fotografía de nuestra mente, sino de nuestro propio ser. Diego Zúñiga toma este principio y hace que sus diseños se entrelacen profundamente con cualquier personalidad.

 

Nos saludamos frente a la cámara. Diego se muestra paciente y sereno. Hay claridad cuando habla. Esa tranquilidad lo vuelve hipnotizante. Su gran enfoque en su marca, pese a no reconocerlo, lo ha llevado lejos, y hoy es ese mismo motor lo que lo impulsa a crear colecciones desde lugares profundos de su ser. Sin embargo, desde sus primeros experimentos con la ropa en Tijuana, hasta su consolidación como una de las voces más reconocidas del menswear mexicano, el camino de Diego ha sido un acto de resistencia. El diseñador viste de negro, una especie de sudadera deconstruida remite su pasión por encontrar piezas diferentes. Sin duda, si lo conocieras en una fiesta, en la calle o en el supermercado, sabrías que se dedica a la moda. Desde adolescente, construyó su propio estilo desde la observación de los demás y fue gracias a esto que creó sus propias prendas, diseñando desde una búsqueda identitaria, pero también desde la exploración del mundo que lo rodeaba. “Crecí rodeado de tribus urbanas: punks, skaters, darketos… cada persona que veía proyectaba su identidad a través de la ropa, y eso me fascinaba”, cuenta.

 

Ser diferente en una sociedad y en un sistema adecuado a las rutinas y la normativa, hicieron que Zúñiga se revelara con su propia identidad. Recuerda que siempre fue el menos favorito y le decían que no iba a lograrlo. Sin embargo, su sensibilidad y visión de un sistema de moda más humano lo impulsaron a perseverar, generando sus primeros pasos en la moda internacional, misma que lo reconoció antes que en México. No obstante, no lo ve como algo malo, sino como un proceso en el que él mismo se reconoció como un outsider.

 

Podría decirse que sus inicios fueron difíciles: “Mis colecciones eran propositivas, pero no se vendían. Tenía reconocimiento internacional en blogs como Style.com, pero en México nadie compraba”. La misma resistencia y el mismo interés por trasladar su visión de la moda como impulsor de identidades diferentes, hizo que creara una submarca comercial llamada DZ by Diego Zuñiga, donde diseñaba prendas accesibles, que le permitió construir una base de clientes y, por supuesto, los fundamentos de su marca actual. “Esos clientes crecieron conmigo. Hoy compran piezas de alta gama de mi marca porque valoran mi trabajo desde sus inicios.”

CREAR DESDE LA INDIVIDUALIDAD

 

El proceso creativo de Diego es profundamente introspectivo y esto es quizá lo que caracteriza su marca. Cada colección nace de un momento muy personal. “La última colección [primavera-verano 2025] fue un clavado en mis monstruos internos. Trabajé de cerca con mi psicóloga para explorar mis miedos y vulnerabilidades. Fue un reto salir de mi zona de confort, usar colores como rosa y morado cuando siempre había diseñado en negro. Pero fue liberador mostrar otras facetas de mí mismo.” Este enfoque también se refleja en su relación con sus clientes, la mayoría hombres, quienes encuentran en sus diseños una extensión de sus propias identidades y que quizá refleja un punto importante en la moda masculina: los hombres actuales están interesados en reformular su masculinidad y al hacerlo utilizan el mismo proceso que Zúñiga: una reflexión interna que implica, a veces, enfrentarse a sus miedos más profundos y a los sistemas binarios que rigen nuestra sociedad.

 

Sin duda, la visión de Zúñiga en el terreno del menswear lo ha puesto en el mapa no sólo local sino mundial y, tras 15 años en la industria, el creador ha sido testigo de su evolución. Esto representa para el diseñador un cambio notable en cómo se percibe y consume en México. “Hace una década, los hombres casi no consumían moda. Hoy, la apertura es mayor. Los hombres experimentan más con su vestimenta, buscan piezas que hablen de ellos y ya no tienen miedo de usar prendas que antes se consideraban fuera de lo convencional.”

No obstante, una industria sostenida en la individualidad implica también áreas de mejora que son importantes de atender; por ejemplo, la carencia de profundidad en el diseño, que se manifiesta en la ausencia de un proceso reflexivo y personal. “Diseñar no es sólo crear algo visualmente atractivo; es entender cómo funciona una prenda, cómo se adapta al cuerpo y qué historia cuenta, y eso es lo más personal que puedes hacer. He visto marcas que comienzan con mucho ruido y desaparecen porque no entienden su producto.”

 

Así, el viaje de Diego Zúñiga en la moda es una prueba de que la individualidad y la soledad pueden abrir caminos en una industria tan compleja como el diseño. Su marca es un reflejo de su creatividad y compromiso con el oficio, pero sobre todo, un compromiso con él mismo. En cada prenda, en cada colección, Diego proyecta una parte de sí mismo, invitando a otros a hacer lo mismo. Con una mezcla de intuición, experiencia y pasión, ha construido un legado que no sólo redefine la moda masculina en México, sino también celebra la libertad de ser uno mismo.

 

#FacesHomme192


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