El Muertho de Tijuana

Un fanático de Cristo que no cree en las religiones

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texto Pepe Casanova
fotografía Rodrigo Navarro

El Muertho de Tijuana no es de Tijuana —es de Chihuahua—. Tampoco está de regreso a los escenarios, y mucho menos tiene un disco en puerta. Entonces, ¿Por qué chingados se nos ocurrió entrevistarlo? Porque nos encanta. Hace más de un año que no tenía razón del Muertho. La última vez que lo vi fue en La Pulquería Insurgentes, un bar en la colonia Roma que le abrió las puertas para realizar su primer concierto en la Ciudad de México, hace ya varios años. Esa vez lo conocí. Por la tarde, mi amigo Gustavo había ido a recogerlo al aeropuerto e hizo el favor de mandarme una foto de él por WhatsApp para que viera cómo era cierto que se había subido al avión maquillado y vestido casi igual a como ustedes mismos pueden apreciar en los retratos de este artículo. ¡Qué maravilla! pensé. Este tipo es en realidad lo que ves: un verdadero dark por dentro y por fuera… y no como otros. Ese día perdí una apuesta, pero en mi interior había ganado un amigo. Un amigo que no se acordaba de mi nombre esta vez que lo entrevisté, pero no le di importancia. Así son los verdaderos darks.

Antes de regresar a vivir nuevamente a la Ciudad de México, el Muertho estuvo viviendo una temporada en Zapopan, Jalisco, para alejarse de los vicios, básicamente de la comida chatarra y las bebidas alcohólicas. Ambas cosas hicieron que su aparato digestivo se atrofiara, y esa ciudad le sirvió de escape para curarse con sus amigos yerberos. Ahora sólo bebe para que se le quite lo joto —como él mismo dice—.

 

El Muertho evadió las drogas de joven gracias al fútbol. Sí, así como lo leen. Se dedicó a jugar profesionalmente muchos años hasta que se dio cuenta de que no tenía la pasión necesaria, y lo dejó. Llegó a las reservas del Tigres, pero prefirió la música. Un vecino albañil le vendió por sólo 500 pesos el teclado con el que increíblemente sigue tocando.

 

Pepe Casanova (PC): ¿Ya no te interesa el fútbol?

 

El Muertho de Tijuana (MT): La verdad es que veo una cancha de fut por donde paso y siento asco por tanto pinche año que jugué. En la televisión sí me gusta verlo. Por cierto, le mando un saludo a todos los aficionados de mi equipo las Chivas, que ahora está sufriendo debido a la compra de jugadores extranjeros. El poder físico nos está dando en toda la madre. Necesitamos cruzarnos con nuestros hermanos haitianos que viven en Tijuana para que la raza se fortalezca y dejemos de sufrir por las Chivas. Antes le iba al América, pero por solidaridad con mis hermanos mexicanos, ahora le voy al Rebaño.

PC: ¿Cómo te ha recibido la ciudad ahora… y los chilangos?

 

MT: Si vienes a la ciudad con franqueza y humildad, te reciben muy bien, pero cuando se me salen el ego y el diablo, me mandan a la chingada. Le doy gracias a Cristo que me han salido muchos ángeles aquí que me han dado la mano.

 

PC: ¿Eres cristiano?

 

MT: Soy muy fanático de Cristo, pero no creo en las religiones. Cristo toma cerveza, hizo la mota que sale de la tierra para la gente y la religión no acepta esas cosas. Llegando a Tijuana, a los 23 años, estuve siete años metido en la religión y tuve muchas prohibiciones.

 

PC: ¿Qué has estado haciendo ahora que regresaste a la Ciudad de México?

 

MT: He estado en clases intensivas de guitarra. El teclado lo tengo como base en las pistas y ahora quiero acompañarlo con un poco de guitarra para hacer más ruido. Quiero darle variedad al show y a mis composiciones. Tocaba en la iglesia hace 25 años y ahí aprendí las cosas básicas para tocar. Lo que me interesaba y me sigue interesando ahora es el mensaje, con temas más crudos.

 

PC: ¿Estás componiendo algo nuevo?

 

MT: Trato, pero muchas veces ya no me da la energía. Estoy dándole más importancia a los ensayos con la guitarra. La última que se me ocurrió fue “El rock de la perrada”, es ese rock que te dice la neta. Vamos a ser muy francos y sacar temas tabúes. Por ejemplo, fui un niño precoz en el sexo y me decían que cuando creciera se me iba a quitar, pero ahora soy más puto que nunca. Desde los cinco años ya sentía una energía erótica muy fuerte y me reprimieron tanto que me hacían sentir como un monstruo. Ahora quiero defender las causas de los niños precoces y compuse una canción sobre eso.

 

PC: Esperemos que sea un éxito.

 

MT: Eso espero yo también, porque mi novia ya me mandó a la chingada porque no ve claro.

 

PC: ¿Quién te viste? (Siempre quise preguntar esto).

 

MT: Las botas me las regaló un policía en Tijuana y yo les puse el tacón. El hermano del policía era jotito, pero se metió a la corporación y ya no tuvo tiempo para mamadas. Me intercambió las botas y la capa que traigo puesta por un disco.

El Muertho de Tijuana

Esperemos ver muy pronto al Muertho de Tijuana con su nuevo show y nuevas canciones. Mientras tanto, disfrutemos de su presencia en la Ciudad de México y, si se lo encuentran por ahí, denle una cachetada por insolente y luego un beso. En el fondo, como muchos darks, tiene un buen corazón.


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