Sobrevivir. El verbo no es nuevo en el vocabulario de la industria de la moda en México, una que va y viene entre la bonanza y la incertidumbre. Ser creativo —y exitoso— en nuestro país es un constante ejercicio de resiliencia y fortaleza. La competencia contra los monstruos del fast fashion, los costos de producción y el precio que hay que pagar para ser “reconocido” mantienen los ánimos y la adrenalina de muchos diseñadores mexicanos a flor de piel.

Invitamos, como cada edición, a nuestros amigos cercanos, a quienes también han estado presentes durante los años buenos y los no tan buenos. Ahora todo fue más íntimo. En sus casas y/o estudios capturamos la esencia de lo que hacen, de lo que son y de sus creaciones. Sin “filtros” ni producción, nos comparten, además, cómo han sobrevivido a estos meses de confinamiento y crisis.

En medio —y a pesar— de esta crisis, del confinamiento y la incertidumbre, Vanessa creó uno de los proyectos más personales de los últimos años: CIHUAH Voices, una plataforma educativa y de comunicación dedicada a las mujeres que la firma admira y con la que pretende difundir temas, debates e información valiosos. “Mi equipo está integrado por muchas mujeres, pero hay cuatro mujeres extraordinarias a quienes les agradezco por su entereza y valor durante esta época de crisis: Fernanda Sánchez, Trinidad Cuesta, Daniela Mancilla y Maritza Espinosa.”

El trabajo en equipo es uno de los valores más enraizados en CIHUAH. A pesar de todos los obstáculos al nivel local y global, Vanessa reconoce que, en cierta medida, esto es lo mejor que les pudo haber ocurrido, porque al bajar la velocidad de crecimiento de la marca, se abrió un espacio de reflexión dedicado a rediseñar todos los procesos internos de la marca, dirigido a un modelo circular y sostenible.