RITA

“En México, ya casi nadie hace rock con ese espíritu de rebeldía que ha caracterizado a esta música.” —Pablo Valero

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Texto Marcos Hassan
Fotografía Archivo Santa Sabina

Una figura del rock mexicano se asoma de manera enorme. Una de las personalidades más grandes que emergieron de este movimiento como una de sus protagonistas. Pero esa misma figura hasta el día de hoy se nota ambigua y misteriosa; sabemos quién es, pero no terminamos de entender todo de ella; una personalidad que ha marcado generaciones enteras de fans, pero pocos artistas se han atrevido a seguir sus pasos, por lo que ella y su música han quedado en un altar, rodeadas de velas y neblina, como de cuento de hadas. Hoy sigue doliendo que ya no está aquí: Rita Guerrero.

“Era un ser humano. No normal. [Era] la normalidad dentro de todas las aflicciones, perversiones, enfermedades, anhelos y virtudes que hay en un ser humano.” Con estas palabras Pablo Valero, guitarrista y cofundador de Santa Sabina, describe a la entrañable cantante con quien logró que su sueño de hacer música saliera de las casillas convensionales. Es común encontrar descripciones diferentes de este personaje —más propias de un ser sobrenatural que de alguna leyenda contada a través de los siglos—. Sin embargo, fue esta humanidad, con todas las expresiones emotivas que lleva una vida humana, la que hace su historia más grande y su ausencia más trágica.

 

Rita Guerrero, probablemente la frontwoman por excelencia del rock. De intimidante carisma, oscuridad glamorosa y calidez artística, Guerrero es una de las grandes figuras de la música en México a la vuelta del cambio de siglo; punta de lanza en el rock mexicano, una figura que ayudó a definir el sentir contracultural desde la primera fila, protagonizando los cambios y ofreciendo un comentario al respecto.

 

Por medio de cinco discos, surgió un mythos a través de Santa Sabina en el que se conjugan sentires prehispánicos, reflexiones existenciales, imágenes oscuras, posturas sociopolíticas y, sobre todo, romanticismo. Rita le dio voz a cada una de estas ideas por medio de un rango privilegiado de expresionismo vocal que le habla a nuestra emotividad ancestral; en el escenario les daba vida, encarnando las ideas en expresiones corporales, histriónicas, una cantante que interpretaba como un actor de método. La música creaba los escenarios y le daba ritmo a los pesares y anhelos de sus melodías.

 

En 2010, Rita Guerrero fue diagnosticada con cáncer de mama, lo que le puso un freno a varios de sus proyectos, pero sobre todo a su impulso de vivir. Para entonces se encontraba componiendo y dirigiendo coros de música antigua en el Claustro de Sor Juana, grabando con el Ensamble Galileo y colaborando con amigos en teatro y en otras disciplinas; estaba criando a su hijo Claudio junto con su pareja Aldo Max. Puede resultar también sorpresivo para muchos, pero estaba en planes de reunir a la alineación original de Santa Sabina para grabar canciones tempranas que no llegaron a ninguno de sus discos, rescatando un momento histórico con gente que ayudó a que la chispa se encendiera. Pero nada de esto siguió para ella, no por mucho tiempo.

Rita en su ritual antes de una presentación.

A finales de ese año se hizo un concierto llamado Rita en el corazón, con participación de La Lupita, La Maldita Vecindad y miembros de Café Tacvba, Hello Seahorse y más bandas. También se presentó Santa Sabina con Rita al frente, sin cabello y de físico deteriorado, pero sonriente por las muestras de cariño, llevando a Claudio de la mano y abrazándolo. La alineación de Santa Sabina incluía a miembros antiguos y recientes, y en sus caras se podía ver la tristeza entre sonrisas; se notaba el sentimiento agridulce de encontrarse tocando juntos con este ser maravilloso de voz sobrenatural, este ser que había hecho posible que estuvieran juntos; estaba sufriendo, aunque la esperanza estaba presente en ellos y en todos los asistentes. Pero no fue suficiente: este fue el último concierto de la banda. Sólo tres meses después, Rita había dejado de vivir.

Santa Sabina comenzó a finales de los 80, en el punto en el que el rock en México pasó del boicot y el escrutinio público a una fuerza cultural enorme y un negocio muy atractivo. México se convirtió en esas fechas en una de las potencias más grandes en Iberoamérica, tomando el relevo de España y Argentina gracias a los logros discográficos de Caifanes y Botellita de Jerez. Sin embargo, el bagaje cultural de Santa va más profundo, uniendo muchas directrices; por un lado, conectaron a la generación del bar El Nueve —nombres de culto como Size y Casino Shangai— con los punks del Tutti Frutti; la elite artística y figuras de la izquierda política mexicana encontraban un lugar común con Santa Sabina.

 

De ahí zarparon a grandes destinos, discos producidos por Adrian Belew (King Crimson, Talking Heads) en los Estados Unidos, MTV Unplugged, conciertos multitudinarios, giras exhaustivas y un culto enorme. Inclusive el impulso siguió, aunque poco a poco los miembros de la banda, excepto Rita y el bajista Poncho Figueroa, fueron reemplazados. Santa Sabina dejó de existir en algún momento de la década pasada, mientras que Rita se preocupó por practicar música antigua, escribiendo y dirigiendo coros, así como actuando y colaborando con muchos artistas. El trágico desenlace de una vida intensa ha sido retratado en el documental Rita, el documental, que está haciendo su propio hito.

 

Al conocer la historia de Rita nos topamos con un personaje complejo. Existe un culto a aquella figura de chamana/vampira/sacerdotisa con la que muchas personas suelen mitificar a Guerrero. Este mito existe en las palabras e imágenes del documental recién estrenado, pero dentro de éste también está la contraparte, una persona voraz de conocimiento y experiencia, con una visión clara y ambición para lograr su cometido, que no tiene suficientes horas en el día o la noche para hacer lo suyo. Con mando y determinación, y con carácter fuerte. Es fácil darse cuenta de que una mujer se encuentra detrás de esta leyenda, una que conjugó lo abstracto de la música en función-espiritualidad, y lo específico de llegar más lejos en su carrera, de expresarse en términos poéticos, pero de practicar política social radical, de encarnar un glamour exótico y un sentir muy mexicano.

A casi 8 años de su muerte celebramos la vida de Rita Guerrero. Suscríbete a 192 y encuentra el artículo completo.

 


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