Tradición, unión y una experiencia culinaria…
fotografía cortesía de Sofitel Mexico City Reforma
En el movimiento imparable de Reforma, entre los sonidos estridentes y el murmullo constante de la Ciudad de México, que parece no tener fin, están los cimientos de un hotel que abraza la monstruosidad de la capital, al mismo tiempo que se yergue en la arquitectura de la avenida más emblemática de la ciudad. Con 170 metros de altura, el hotel Sofitel Mexico City Reforma construye pilares que van más allá del concreto, pues erige un espacio llevado por la comunidad, la convivencia y dos de los placeres más grandes para un huésped: la comida y la comodidad.
La marca hotelera está presente alrededor del mundo, lo que la lleva a celebrar su multiculturalidad, desde una noche de salsa y bachata en Sofitel Los Angeles, hasta un mercado navideño en Sofitel Phnom Penh Phokeethra, en Camboya. Este año le toca a México celebrar el Thanksgiving, un día dedicado al agradecimiento y al placer de convivir.
Un día festivo aumenta su relevancia por la comida que lo enriquece, y en este caso es bien sabido que el Día de Acción de Gracias tiene su propia oferta. Puede ser un platillo hecho en casa o en un restaurante, pero los ingredientes estrella siempre están presentes. Es por esto que Sofitel Mexico City abrirá las puertas de sus dos restaurantes: Bajel y Balta, donde ofrecerán un menú que cumple con las expectativas de sabores y platillos célebres de esta tradición.
En el restaurante Bajel, Alfonso Vidal estará a cargo de un viaje con sabor a otoño. De entrada una sopa de calabaza con pepitas, seguida por agnolotti relleno de puré de camote con pork belly y pollo asado con coles de bruselas. Para finalizar la experiencia gastronómica el postre tendrá como protagonista a un pay de nuez, que mezcla dulzor con una textura crocante.
Por otra parte, a cargo de Balta, la noche dividida en tres tiempos comenzará con una sopa de cebolla con miel de maple, crotones y queso cheddar ahumado; que preparará al paladar para el pavo relleno con un gratinado de camote y guarniciones que son la definición del thanksgiving, como una ensalada de calabaza especiada, una cazuela de manzana con ciruela y tocino, y puré de papa con romero. Y para el toque dulce, un fondant de maíz y chocolate con helado de caramelo.
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