En búsqueda de la belleza: lo hemos escuchado miles de veces. Nuestra industria, la de la moda y la cosmética, viven y trabajan en pro de la estética —nada nuevo hasta aquí—. Pero de ahí a crear una revolución con un solo producto, eso sí que es tener agallas. Hermès ha dado el paso, disparó su primer cartucho y lo ha hecho con un labial.

Con este nuevo producto, una completa novedad para la casa francesa, las expectativas eran muy altas. Si todo en Hermès está fincado en el detalle, la dedicación y el cuidado convertido en lujo, entonces, ¿qué se podía esperar de un labial?: es la revolución en el mundo de la belleza. Además, “encontrar, y reencontrarnos, con la emoción del color, de la feminidad suprema”, dice Bali Barret, directora artística al frente del universo femenino de la casa. El color como pasión irracional y embriagadora, menciona Barret, simboliza el lenguaje que habla esta casa desde 1837.

Y luego vino la parte sorpresa de esta gran historia: Pierre Hardy, director creativo de calzado y joyería de Hermès, se encargó de crear un empaque —ay, la palabra ‘empaque’ me suena vulgar para referirme a la pieza que Hardy conceptualizó para contener los labios cromáticos, el nuevo tesoro de Hermès— que coloca al objeto en su forma más lúdica utilizando la sencillez de las líneas y la pureza del color. 

Así que un labial, 30 tonalidades “La experiencia del objeto Hermès atraviesa los sentidos y viaja por el sistema sensorial. Si no existiese esta experiencia, la belleza no sería más que un concepto”, dice Pierre-Alexis Dumas, director artístico de la casa. Así han creado Rouge Hermès, una colección de 24 tonos que muestran otra cara del maquillaje, la del arte sobre la piel.

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