Entre piezas a gran escala, destellos anaranjados y plateados, reflejos y texturas porosas, la Galería Picci Fine Arts presenta De París a México, la primera exposición individual del artista francés Daniel Hourdé en la Ciudad de México. Con 24 piezas que incluyen esculturas de bronce, dibujos a carbón y muebles de diseño, esta muestra nos invita a explorar temas esenciales y atemporales como la fragilidad, la esperanza y el paso del tiempo. A través de su distintivo estilo, caracterizado por formas fragmentadas y duplicadas, Hourdé nos lleva a reflexionar sobre el cuerpo humano y las múltiples narrativas que encierra.

Más allá de las obras expuestas, De París a México simboliza dos décadas de colaboración entre Hourdé y el galerista Pichi Aguilar, consolidándose como un puente entre Europa y América Latina. Este diálogo cultural se extiende también a la Bienal de La Habana, donde Hourdé participó con una obra monumental —Árbol de las mil voces— para conmemorar sus 40 años. La exposición es una oportunidad para redescubrir el arte como un lenguaje universal que conecta perspectivas y trasciende fronteras.

Sophia Garduño (SG): Primero que nada, muchas felicidades por tu participación en la Bienal de La Habana. Parece una pieza muy impactante, la del “Árbol de las mil voces”. Me imagino que fue una gran experiencia.

Daniel Hourdé (DH): Fue una experiencia muy interesante, hacer esta exposición en la Bienal de la Habana. Para mí el árbol está constituido de mil libros y es una metáfora de la libertad que representan la literatura, la poesía y la filosofía. La obra contiene libros de autores de todos los países. La idea es que las hojas del árbol son hojas de libros que se dispersan por el viento. 

SG: Eres un artista experimentado que muestra una clara atracción por obras de arte a gran escala, con obras como “Encore d’or” o “Mains et Fleurs du Mal”. ¿Qué te inspira a trabajar con dimensiones tan grandes y cómo influye esto en la manera en que el público interactúa con ellas? 

DH: Para mí, trabajar en grandes dimensiones es casi natural. No sé por qué exactamente, pero me parece natural y necesario. Es una dimensión importante, y con estos tamaños es muy fácil comunicarme con la gente, con el público porque la obra o el mensaje se vuelven más evidentes. 

Por ejemplo, el Árbol de las mil voces mide 12 metros, pues el público lo va a ver, lo va a relacionar con un árbol de verdad, ¿no? Es la dimensión de un árbol normal. Yo pienso que la escala del árbol fue muy buena para el proyecto porque se integraba con el escenario en La Habana.

SG: Tu trabajo se desenvuelve entre la escultura, el dibujo y la instalación. ¿Cómo decides cuál de estas disciplinas es la adecuada para materializar cada idea para una nueva obra? 

DH: No sé exactamente, pero cuando tengo un proyecto es evidente que me viene una idea, y esa idea puede ser traducida en una escultura o un dibujo o lo que sea, yo trabajo en función a la idea; el concepto impone el medio que voy a utilizar para exponerlo. Primero se me ocurre una idea, y luego, a partir de ésta, la plasmo a través de la escultura, a través del dibujo o el medio necesario.

SG: Sabemos que el arte es subjetivo y tiene muchas maneras de desenvolverse, y cada persona le puede otorgar una definición distinta a una obra, que puede diferir a lo que el artista tiene en mente. ¿Eso es algo que te costó trabajo al principio de tu carrera? ¿O siempre tuviste en cuenta que así es el arte?

DH: Para mí no es un problema porque me parece muy interesante que cada uno pueda entender mi obra de manera diferente. Aunque a menudo no hay mucha diferencia entre el mensaje que quiero transmitir y la percepción del público; no es una distorsión terrible.

SG: Algunos temas constantes en tus piezas son la anatomía humana, la naturaleza, la libertad. ¿Cómo se relacionan estos temas entre sí? 

DH: No es exactamente la anatomía, es la representación humana de un hombre en circunstancias diferentes, y las temáticas son coherentes con su destino. En realidad el hilo conductor en mi obra es el hombre y los otros temas son secundarios o auxiliares. Por ejemplo, creo un personaje anónimo con el que cada quien puede identificarse de maneras distintas. 

SG: ¿Cómo nace una nueva idea para una pieza? 

DH: Es casi ocasional, una idea aparece en mi cabeza y se vuelve obligatoria, una necesidad para continuar explorandóla en un contexto artístico. Y por ejemplo, la forma y la idea casi siempre aparecen al mismo tiempo. Cuando voy a hacer una escultura no hago bocetos ni dibujo cómo me gustaría que se viera la escultura, más bien hago la escultura directamente y el proyecto se revela haciéndola. Es decir, tengo una idea general que se va precisando conforme voy ejecutando.

SG: Y hablando en este sentido de concebir ideas.  Muchas veces las personas creativas toman referencias de distintas ramas como la literatura, el cine, la moda. Para ti, ¿cuáles son tus principales inspiraciones de creación? 

DH: Pienso que son ideas que son exclusivas de mi cabeza y no hay una inspiración directa en otra obra o en alguna pieza de literatura. La inspiración para mi trabajo surge de mis problemas, de mis sentimientos y de mis situaciones cotidianas. Mi obra se vuelve algo más personal, algo que nace de mis propias experiencias, y así logro crear una obra más autobiográfica. 

SG: ¿Cuál es tu parte favorita de producir arte? 

DH: No tengo preferencia en cuanto a técnicas, ya sea escultura o dibujo,  pero lo que me da más satisfacción es cuando acabo un proyecto y quedo satisfecho con el resultado. 

SG: En ese caso, ¿en qué punto dices “ya acabé, ya estoy satisfecho”? 

DH: Es un momento muy difícil. Hay momentos en los que quizás estoy satisfecho, pero pasa el tiempo y vuelvo a ver, por ejemplo, una escultura, y empiezo a notar problemas, defectos en la ejecución o algo que simplemente no me gusta. Es muy difícil, porque siempre hay dudas, y es un momento cambiante. Puedo estar satisfecho y al cabo de unos días ya no. 

SG: ¿Participas de alguna manera en la curaduría de tus exposiciones? 

DH: No, en general no. Tengo galeristas como Pichi, que me representan, que hacen el trabajo, y confío mucho en ellos, porque a pesar de que siempre que voy a exponer estoy preocupado, siempre logran un gran resultado. 

SG: Platícanos un poco sobre tu exposición individual en Picci Fine Arts en Ciudad de México. ¿Qué podremos encontrar ahí? 

DH: Hay piezas fantasiosas y por ejemplo, un espejo que es una metáfora de la vida, también están expuestas pequeñas esculturas de bronce que tienen un concepto más abstracto, y representan personajes humorísticos, poéticos, pero un poco diferentes porque no tienen proporciones muy anatómicas ni realistas. 

También podrán encontrar dibujos de diferentes épocas de mi carrera, desde hace diez años hasta la actualidad. Seleccionamos un proyecto de flores que es un trabajo que hice durante la pandemia porque no podía acceder a un modelo durante esa época, entonces hice series de dibujos de flores, que son muy inquietantes.

Visita Daniel Hourdé: De París a México en Picci Fine Arts, Alpes 700, Lomas de Chapultepec, CDMX hasta el 1ero de marzo de 2025