Se sintió como esos días de verano en Morelos donde solo me preocupaba por escuchar buena música y aplicarme protector solar, echada en el pasto, con los rayos del sol dorando mi piel. Bahidorá 2023, nos dejó con ganas de más, fue una experiencia vibrante y cósmica, llena de buena gente, gran talento y mucha, pero mucha música.

De inicio, un viernes acompañado de ritmos deep house, dub-techno y bailes contemporáneos, alentados por DJ Molly, DJ Marfox y DJ Firmeza. Durante la noche se sentía la magia de Bahidorá al ir de escenario en escenario, encontrado distintas formas y energías, contemplando el arte esparcido por todo el parque de Las Estacas, desde los espacios menos esperados, hasta visuales vibrantes y psicodélicos en los escenarios, creados por artistas como Melissa Santamaría.

Despertando agitados y con ganas de más, el sábado por la mañana pudimos conectar con la naturaleza, junto con una clase de yoga y meditación, para después sumergirnos en el río, y su frescura que nos llevó a un momento de paz y empatía, procurando cuidar cada espacio del parque ecológico, conectando con nuestro yo más humano. Pasando el mediodía los Hermanos Gutiérrez, se presentaron en el escenario Sonorama, siguiendo con esta conexión pacífica, pero estimulante junto con sus paisajes sonoros, todxs nos sentíamos en casa, y eso es lo bonito de Bahidorá, todxs vibramos con la misma energía, no se siente ajeno, ni distante. El día es muy largo aún, la música aún no termina, regados por todas partes, muchos nos encontramos de camino hacia el escenario Amate, para seguir con el baile junto con Suricata y su vínculo entre la música electrónica underground y la música clásica, sus sintetizadores te llevaban por un viaje afro/indo/latinx, una mezcla de sensaciones y culturas, que te hacen romper con las barreras y nuestro miedo a sentir. 

Junto con un atardecer eléctrico, y cálido, después de un segundo sumergir en el río, está claro que los ritmos de techno apenas comenzaban, Desiree, transmitió su energía y las ganas de seguir bailando con sus notas africanas y technosas. Queríamos seguir con la fiesta y magia de Bahidorá, y llegamos a La Madriguera, un escenario más personal e íntimo que nos conectó con artistas emergentes como, Alaíde, Los Hijos de Chunga, F-Mack, entre otrxs, creando un momento más íntimo con ellxs y todxs los que rodeamos el escenario, dando vida, y un abrazo cálido a este carnaval.

Durante la noche, las luces neones y todas las esculturas del circuito de arte, crearon una sintonía mística, y reflexiva, algunxs artistas como Nane Wenhammar, Jorge Rosano Gamboa, y sus discursos de interrogativa sobre el medioambiente y lo humano, nos acompañaron durante el camino de esta experiencia lúdica.

Mr. G, Sangre Nueva, Stimming, entre otrxs, fueron artistas que nos acompañaron en esa noche fría, pero la gente no paró, agitándose para recuperar la calentura de la tarde y así vivir un amanecer al estilo Bahidorá.

El último día seguíamos con la energía hasta el tope, nos refrescamos por última vez en el río, listxs para seguir con el zapateado en la mera puesta del sol, con mucha buena vibra transmitida por Pachyman, entonándonos con diversos sonidos: jazz, cumbia y electrónica, con un sol menos potente. Seguimos con Natasha Diggs que nos dejó con el alma vibrando al derramar una mezcla entre disco y funk, para así terminar con esta experiencia, llena de vida, amor y música.

Después de casi tres años difíciles de pandemia podemos regresar a estos lugares increíbles en donde escapamos un poco de la realidad urbana y conectamos con nosotrxs mismxs, y qué mejor que Bahidorá para poder vivir esa experiencia.

¡Definitivamente volveremos la siguiente edición!

bahidora.com