Día 2.

a.m.

Éléfant Panam School Dance y L´Opéra de París.

En 10 minutos, Karl Paquette y Ludmilla Pagliero, bailarines oficiales de la Ópera de París nos dan una probadita de lo que majestuosamente saben hacer: ballet. Un pequeño sorbete que nos prepara e inspira para ir a conocer posteriormente cada rincón de la Ópera, edificación neo barroca construida durante el mandato de Napoleón III. En esta visita privada nos permitieron subir al techo de la edificación y sentir y ver uno de los lugares más especiales y secretos de la ciudad.

La visita es inolvidable, los rincones junto con sus leyendas, lo vuelven un misterio. Recorrimos sus entrañas de cabeza a pies, pasando por el taller de costura, que guarda los secretos de vestuario de trajes hechos a medida para cada obra y para cada bailarín. Aquí está absolutamente prohibido levantar una cámara. Por estos pasillos pasaba Karl Lagarfeld a revisar los diseños que llegaba a hacer para las obras de teatro.

p.m.

Philarmonie de París

Clasheamos la visita de la Ópera con la visita a la Filarmónica de París. Un edificio con apenas 5 años, brillante y majestuoso, hecho por el arquitecto Jean Nouvel. Una verdadera joya contemporánea. El lugar, además de sala de conciertos es sede de exposiciones, la que vimos fue Electro. Una exhibición dedicada a la historia y evolución de la música electrónica. Un recorrido musical y visual que va de Kraftwerk a Daft Punk.

Bronx Brasserie

Para cerrar con broche de oro tuvimos una experiencia culinaria con Ghetto Gastro. Un colectivo gastronómico del Bronx de Nueva York que combina sabores de la diáspora africana con los sabores multiculturales del Bronx. Ellos traen “el Bronx al mundo y el mundo al Bronx”. Para Cartier recrearon una clásica Brasserie francesa y nos dieron a probar su “Black Power Kitchen”, mientras daban un performance hip hopero. Un verdadero encuentro de culturas.

www.cartier.mx