Un cuerpo desnudo. Vulnerable. Esperando a ser intervenido y a transformarse en el lienzo —al menos por unos instantes— de una obra de arte. La piel se convierte en el sitio donde las ideas convergen y los trazos únicos de tres artistas recrean líneas e interpretaciones de colores.

Cada trazo es intuitivo y espontáneo; éste sigue la forma diáfana de la silueta y la viste, poco a poco, para saturar cada espacio, cada centímetro de la piel con lúdicas y automáticas pinceladas que vienen desde el subconsciente y en las que no importan ni la coherencia, ni el orden, solo la voluntad paradójica de crear.

Efímero, el momento de colaboración entre estos tres artistas, permanecerá grabado en la piel del lienzo vivo para siempre… el cadáver de la obra viva.

#Piel