Para su entrega de alta costura primavera-verano 2021, Virginie Viard, directora creativa de Chanel, “organizó” una reunión muy exclusiva, una suerte de fiesta de verano en la que las invitadas portaron prendas que son testigo de la vasta historia de la maison.

En el Grand Palais, la mítica sede de los desfiles de la casa, desfilaron los 32 looks debajo de luminarias y arcos de flores, como aquellos que decorarían la fiesta íntima y familiar que se imaginó Virginie; y ya que los tiempos obligan a mantener todo en petite comité, a la reunión sólo asistieron unas cuantas.

Tras la fiesta en Grand Palais, Virgine reunió a sus invitadas en las renovadas y recién abiertas instalaciones de su salón de alta costura, ubicado en el 31 de rue Cambon, en París, donde Gabrielle concibió su universo y presentaba sus creaciones, que recorrían las famosas escaleras flanqueadas por decenas de espejos.

El fotógrafo y cineasta holandés Anton Corbijn fue el encargado de darle vida a los retratos “familiares” y al fashion film que acompañan a esta entrega, en la que destacan las siluetas románticas, prendas que hacen alusión a la danza y ensambles en los que se combinan, de manera magistral, los textiles más fastuosos y los más delicados ornamentos.

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