Bajo los conceptos de “Distancia, aire y cercanía“, los participantes de #ELARTEDELENCIERRO fueron convocados a crear arte en 7 días.

Carlos J.A. C., (León, Guanajuato). “Meditación forzada (atemporalidad de cuarentena)”, 2020.

Bajo el concepto de distancia, hice un ejercicio de empatía sobre el sentir de mi abuela. Debido a las restricciones de movilidad por sus complicaciones de salud, la situación le implica estar en un hogar distinto al suyo, con una dinámica distinta y lejos de su amada cotidianidad.

Para mí es relativamente fácil pasar este confinamiento, ya que tengo el consuelo eterno de las redes sociales y los medios digitales, pero para ella, vivir en un tiempo y un lugar que no es el suyo, en un hogar que no es el suyo, sin poder hacer las cosas que siente suyas, ha derivado en una tristeza y un vacío profundo, el cual interpreté gráficamente en este espacio que se abstrae a sí mismo, respetando los límites inmediatos de su realidad, un ejercicio de meditación forzado en esta eterna cuarentena.

Benjamín Armijo, (Ciudad de México). “Ventana”, 2020.

Lo mismo que hace unos meses nos hacia ver como seres enajenados, hoy nos da un descanso para tener un enlace con aquellos a quienes que de momento no podemos tocar. La mirada a una pantalla a veces parece ser la única luz que entra a nuestra casa.

Dulce Eme, (Estado de México). “Distancia Aire y Cercanía”, 2020.

Éste es el registro de mi producción realizada durante la semana del 13 al 19 de abril de 2020 en el transcurso de mi aislamiento por COVID-19 en la Ciudad de México.

“Juan y la azotea”, Centro Histórico, Ciudad de México.

Reflexionando acerca de “distancia, aire y cercanía”, pensé en las personas, cosas y actividades que extrañaba de la ciudad. Por lo general mi producción se basa en el espacio público. Las relaciones sociales mantienen el equilibrio en mi quehacer artístico, y en estas semanas, sin poder aproximarme a mi entorno cotidiano, busqué los vínculos que me mantengan cerca pese a la distancia. Así llegué a las nubes, viajando lentamente en el espacio aéreo que miramos todos lo días. Pedí a algunos amigos que me enviaran fotografías de las nubes que veían desde de su ventana, imprimiendo en ellas su propia esencia para sentirme más cercana.

Las piezas son monotipos experimentales; las nubes se dibujan con ácido en una placa de vidrio, después se espolvorea pigmento y se registra con papel adhesivo transparente, sobre éste se realiza una intervención pictórica con acrílico y barniz.

“Marcelo a través de las persianas”, Narvarte, Ciudad de México.

“Giulia y las jacarandas”, Bajo Copilco, Ciudad de México.

“Ceci y el sol de Mérida”, Itzimná, Mérida, Yucatán.

Erik Garzía y Garzía, (Ciudad de México). “Desgaste”, 2020. 

Para este proceso primero se imprima una tabla de madera para trabajar como base (canvas), una vez imprimada se aplica una primera capa de una mezcla entre: pintura, mowilith y papel. Cuando ésta seca, se aplica una segunda capa con otros matices. Una vez seca la segunda capa, se provoca desgaste con un cepillo fino de metal, buscando un resultado estético satisfactorio.

La intención de esta pieza es representar metafóricamente uno de los estados a los cuales el encierro y la distancia pueden orillarnos como seres humanos que habitamos la contemporaneidad. Confusión, desorientación temporal e implicaciones que podrían derivar en el desgaste y la fragmentación psico-emocional. Con esta pieza busco observar y trabajar la confrontación de estas implicaciones, para obtener resultados positivos.

Paulina Ordieres, (Saltillo Coahuila). “Incertidumbre”, 2020.

Distancia no tiene que significar alejamiento. La misma puede ser lo que nos mantiene cerca y conectados. Podremos estar limitados de cercanía física, pero no de la emocional. Decidí hacer una pieza digital en vez de arte tradicional ya que este proceso me permitiría trabajar de forma más rápida para desarrollar mi visión de la pieza en el tiempo establecido.

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#ELARTEDELENCIERRO