Cruzar una meta es un instante de gloria —o habría que decir, el instante de gloria—. Es un segundo o una milésima de segundo, es la consagración de un esfuerzo que se mide en el tiempo como el esfuerzo del antes (meses de entrenamiento) y el esfuerzo de ahora, el del presente, cuando estiras todo para dar ese último paso que te llevará al desenlace. La carrera terminó. Por fin.

Con estas palabras damos cierre a uno de nuestros retos de este año. Corrimos 21 kilómetros al lado de 7,500 corredoras que en punto de las 7:00 h., del pasado 24 de abril, hicimos retumbar a la ciudad de México en un recorrido que arrancó en la Diana Cazadora y siguió su rumbo por todo el Bosque de Chapultepec.

Minutos más y minutos menos, el coraje es el mismo. Felicidades a todas por la entrega y el compromiso personal y de equipo, por hacer de uno de los deportes más naturales del ser humano —que es correr—, la aventura de su vida. Nos vemos el año entrante. No detengan su camino, no paren de correr.