El caso de Dorian Gray es bien conocido: en su deseo por mantener para siempre la misma apariencia de un cuadro, la figura retratada envejece por él. Su búsqueda por el placer lo lleva a una serie de actos de libertinaje y perversión; el retrato sirve como un recordatorio de los efectos de cada uno de estos actos: con cada pecado, la figura se va desfigurando y envejeciendo. Igual que Wilde, en la Literatura universal sobran ejemplos de autores que han buscado retratar el deseo ferviente de los humanos por conservar el estado de las cosas.

Algo similar ocurre de manera natural con algunas marcas que, por el gran impacto que han tenido en la sociedad, resultan verdaderas piedras angulares en la historia de la comercialización de productos de belleza. Mientras el resto de nosotros envejece, estos íconos se mantienen intactos, como si los años no pasaran por ellos. A continuación una recapitulación de aquéllos productos que, por las notorias características su empaque exterior, han dejado huellas imborrables en el camino.

MISS DIOR

Perfume Miss Dior, Christian Dior.

El primer perfume de la maison Dior se vendió en diciembre de 1947, a nueve meses de la revolución del new look. Cuando la moda europea se daba por muerta, Dior, de 42 años, presentó su primera colecciónn, impactando a la prensa mundial. Entre ellos asistía Carmel Snow, editora de Harper’s Bazaar, quien le dijo: “esto es una revolución, querido Christian, ¡tus vestidos tiene todo un new look!”. La frase se convirtió en todo un eslogan que traspasó fronteras, funcionando como la definición perfecta para la propuesta del creador de una nueva y sensual silueta femenina: de cintura diminuta, acentuando las caderas y resaltando el busto. El día del desfile gotas de Miss Dior se dispensaron por todo el salón, convirtiéndose así en el perfume oficial del new look.

Apasionado de las flores desde niño, Christian Dior se involucró en la construcción del perfume. Él mismo eligió las mejores flores y exigió al perfumista Paul Vacher resultados de la más alta calidad y nobleza, encargándole evocar al amor, a la espontánea joie de vivre de una joven libre y seductora. Se trataba de su hermana Catherine, 11 años menor que él. El resultado: Miss Dior, fragancia que se convirtió en una pieza de alta costura, un objeto aspiracional de difícil acceso debido a la escasez de la posguerra. La forma de la botella ha evolucionado con el tiempo, siempre conservando un moño a manera de recordatorio de la esencia juvenil de Madmoiselle Dior, eterna chérie de Christian.

TOUCHÉ ECLAT

Iluminador Touché Eclat, Yves Saint Laurent.

La importancia de iluminar la imagen para destacar lo más bello es un clásico de la obra de artistas visuales de todos los tiempos, desde pintores como Renoir o Vermeer hasta fotógrafos como Mert & Marcus o Nick Knight, quienes han retratado rostros inolvidables basados en la luz. Hace 20 años, Yves Saint Laurent encapsuló esa luminosidad en un maquillaje sin precedentes, de presentación tan práctica como un estilizado pincel color oro, que permite a todo aquel que lo tenga en sus manos, convertirse en artista de la luz. Su empaque dorado ha ido evolucionando con los años, pero nunca ha variado su color, un tono presente en cada producto desde el lanzamiento de Yves Saint Laurent Beauté, en 1978. Para la firma, el oro simboliza elegancia y perfección llevada a la piel de todas las mujeres a través de sus cosméticos y tratamientos. En palabras del propio diseñador, se trata de un radiante imán hacia la fascinación: “Amo el dorado, el mágico color del reflejo de una mujer, el color del sol.”

Desde que salió en 1982, su empaque portátil lo ha convertido en un ifaltable dentro de la bolsa. Además es esencial por su suave pincel cargado con una fórmula de microemisores, que se funden
en la piel para obtener un efecto radiante, resaltando las facciones, iluminando las áreas oscuras, y dando resplandor a esos contornos dignos de ser el centro de atracción.

CHANEL N° 5

Perfume No. 5, Chanel.

Aunque oficialmente fue lanzada al público en 1921, la primera botella apareció en el mapa en 1919. El cinco para Coco tenía un significado místico: sus colecciones las presentaba el día cinco del quinto mes del año. En 1924 fundó Parfums Chanel con Pierre Wertheimer. Tuvieron que pasar algunos años de contiendas legales por los derechos, propiedad y ganancias antes de que la diseñadora tuviera la propiedad exclusiva de la marca. Diez décadas han sido testigos por las modificaciones que ha pasado la botella, que comenzó con un cristal más resistente para facilitar su distribución, pero siempre manteniendo una presentación lo suficientemente simple para resaltar la importancia del contenido.

A casi 100 años de su aparición, la botella del N° 5 es un ícono del siglo XX. En 1939, Francia entró a la guerra y Chanel tuvo que cerrar sus puertas, pues en sus propias palabras, “no era una época para la moda”. Sin embargo, la diseñadora ya casi cumplía una década viajando dos veces al año a Hollywood para diseñar ropa para las estrellas MGM por encargo de Samuel Goldwyn. En Estados Unidos, los soldados que regresaban de los frentes hacían fila para recibir un Chanel N° 5, regalo perfecto para quienes esperaban en casa.

TERRACOTTA

Polvo bronceador Terracotta, Guerlain.

Exactamente hace 30 años corría la década de los 80 y la estética de aquella época pedía a gritos dejar atrás la palidez y lucir bronceadas. En el camino a la perfección, hubo fallas con pieles anaranjadas en exceso o con zonas quemadas y otras ligeramente bronceadas. Surgió entonces Terracotta, que con su mezcla entre polvos bronceados y blush, lograba en tan sólo tres minutos el tono dorado ideal para cada tipo de cutis. Su empaque fue imaginado como una invitación a seguir viajando por tierras lejanas llenas de paisajes exóticos saturados de color. Hoy por hoy, es el producto bronceador más vendido del mundo. Cada 20 segundo se vende uno en algún lugar del planeta, y es que su combinación de colores se adapta a todo tipo de piel, dándole ese toque de recién llegada de tomar el sol, en tan sólo unos segundos.

La conciencia de cuidarse de los rayos solares lo vuelve indispensable, no sólo por la estética que logra, sino por el gusto de lucir una piel saludable y dorada sin preocupaciones. Para celebrar su tercera década surge Terracotta Sun Celebration: una edición especial que combina en su empaque el lujo con lo sustentable: el dorado y la madera.

EUDERMINE

Tónico Eudermine, Shiseido.

Los cosméticos que comúnmente se conseguían a finales del siglo XIX en Japón eran de tipo medicinal, con aromas desagradables y botellas más bien antiestéticas. Shiseido rompió el molde con Eudermine, un nombre derivado del griego eu (bueno) y derma (piel). Aunque el tónico se comercializaba en Japón desde 1897, no fue sino hasta 1997 que, con motivo de los festejos de su centenario, Shiseido comenzó a ofrecer Eudermine en el mercado internacional. Para este lanzamiento mundial y relanzamiento en Japón, la marca invitó a Serge Lutens para crear un nuevo y moderno frasco que contuviera el tónico, con referencias visuales a los orígenes del producto y su interesante historia.

Además de ofrecer a los consumidores un tónico suavizante de piel en colo rojo, la firma inició una revolución en el mundo de los empaques cosméticos, al transformar el look boticario japonés en una estilizada botella de ocho facetas, con flores en la etiqueta y un moño rojo que acentúa lo femenino. El aspecto del frasco actual invita al progreso, a la perfección arquitectónica internacional, mientras que el tapón redondo en color rojo emula a la bandera japonesa. La tipografía con la palabra Eudermine se presenta en la etiqueta como un reflejo, mirando mitad hacia delante y la otra mitad hacia atrás, pues es imposible ignorar su interesante pasado.

SKIN FOUNDATION STICK

Labial Skin Foundation Stick, Bobbi Brown.

Debutó en 1992, década en la que se buscaba un reencuentro con lo natural. Bobbi Brown dejó huella en la industria cosmética al saber cómo aprovechar los atributos de cada una de las mujeres para destacar su belleza nata, y fue protagonista en el giro que se le dio a las comética noventera, después del estilo de la década anterior, donde predominaban los rostros pálidos y labios y/o mejillas extra cargadas de color. Era 1988 y Bobbi hacía maquillaje para editorial, imponiendo un estilo propio y diferente. El químico de la legendaria farmacia Kiehl’s de Nueva York fue su aliado: “le platiqué que odiaba la mayoría de los lipsticks del mercado; yo quería algo sin color, cremoso en vez de seco, y que permaneciara mucho tiempo, pero sobre todo que el tono fuera lo más cercano al color natural de los labios. Mezclamos lápiz taupe (café grisáceo) y un blush, y el resultado fue Brown, a la fecha mi lipstick es número uno en ventas”. De ahí la maquillista creó una colección de colores que asemejaban los labios encendidos o las mejillas naturalmente sonrojadas y el tono real de cualquier tez femenina. Surge así el Skin Foundation Stick: la primera base en el mercado que brindaba un matiz con textura cremosa que se fundía de maravilla con la dermis. Veintidós años después, actualiza su fórmula icónica para un mejor rendimiento, uso y acabado del maquillaje.