Un perfume de mujer, con un aroma de mujer. Esa es la premisa con la que, en 1921, Coco Chanel creó su primera fragancia, revolucionando así el mundo de la alta costura parisina. “Una mujer tiene que llevar perfume en donde desee ser besada”, afirmaba Gabrielle.

La fragancia, concebida por el perfumista Ernest Beaux, se convirtió en una misteriosa y poderosa oda a las flores. Rosas, mimosas, violetas, peonías, rosas de mayo y jazmín, así como más de 80 esencias entre las que destacaban el vetiver haitiano, el sándalo y el neroli dieron como resultado la que ahora es una de las composiciones olfativas más reconocidas del mundo.

Nº 5 fue el nombre con el que se bautizó a la fragancia. Fue la quinta prueba que Beaux presentó a Madmoiselle Chanel la que terminó por conquistarla.

Las líneas minimalistas de la botella también se convirtieron en un hito de la perfumería. Inspirado en la geometría de Place Vendôme, en París, el envase de Chanel Nº 5 rompió con el maximalismo y pomposidad de los diseños de la época.

A casi 100 años de su creación, Chanel Nº 5 mantiene ese estatus como una de las fragancias más reconocidas del mundo, así como una de las más vendidas. Su poderoso aroma aún conserva esa primera idea, ese primer encuentro entre Coco y el poderoso bouquet de flores que deseaba embotellar.

Y para celebrar el aniversario de la fragancia, Chanel presenta a la nueva embajadora de la esencia: la actriz francesa Marion Cotillard, quien se suma a una larga lista de famosos que han representado el ADN de la poderosa composición: Catherine Deneuve, Lauren Hutton, Estella Warren, Audrey Tautou, Nicole Kidman y Brad Pitt.

La historia, dirigida por Johan Renck, es la de un encuentro y una transformación. Una coreografía enérgica y jubilosa que va de de París a la luna, uno de los rincones a los que no ha llegado Chanel Nº 5… hasta ahora.

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