Steve Van Doren | Revista 192

Interview

Entrevista: Cristina Padrés Fotografía: César Arellano

2006

entrevista Cristina Padrés
fotografía César Arellano

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Steve Van Doren es el hijo del fundador de Vans. Tenía 11 años cuando su padre abrió su primera tienda. The Van Doren Rubber Company era única, pues fabricaba zapatos y los vendía directamente al público. Cuarenta y tres años después, a pesar de que el negocio ha sido vendido dos veces a corporaciones, la familia Van Doren sigue intensamente relacionada con Vans. Tuvimos la oportunidad de entrevistar a este californiano en su última visita al país, durante la cual presentó el libro Vans Off The Wall, que cuenta la historia de su familia y la comunidad que nació en torno a esa tienda de Anaheim, California.

Cristina Padres: ¿Cómo ha evolucionado Vans con el tiempo?

Steve Van Doren: Es chistoso, porque hemos evolucionado muchísimo. Fuimos una empresa familiar los primeros 28 años; nos han comprado grandes corporaciones dos veces; cotizamos en la bolsa, pero seguimos haciendo lo mismo de siempre: zapatos de tela.

El zapato fue número uno en ventas en 1966, y es el número uno en ventas a nivel mundial en 2009. Así que llevamos 43 años en el negocio, y nuestro producto sigue siendo muy popular.

Mi padre no creía en la mercadotecnia. Durante los primeros 27 años, la mercadotecnia de Vans consistía en que yo repartiera folletos y estampas. Hoy en día tenemos el Vans Warped Tour, que es un festival de música que llega a 600 000 adolescentes, además de diversos eventos de surfing, snowboarding y, claro, de skateboarding.

Hemos extendido nuestros productos de dos o tres a muchísimos colores. Por otro lado, nos hemos expandido a nivel mundial. Por ejemplo, este año abrimos 102 tiendas en China. ¡El primer año y abrimos 102! Es una locura. Hemos trabajado durante 23 años y tenemos 212 tiendas en Estados Unidos, creo que 18 en México y Europa tiene alrededor de 30. Y de pronto, en un solo año abrimos 102. El mundo se está encogiendo. Lo bueno es que ahora vendemos nuestros zapatos en 70 países. Pero México es uno de nuestros cuatro mercados más importantes.

Además, es muy gratificante viajar a algún país de Europa o Latinoamérica y ver nuestro producto en los pies de la gente en la calle. Ahí nos damos cuenta de que nuestra marca es muy aceptada. Este último año ha sido muy difícil. El mercado europeo y de Latinoamérica se desaceleró, pero en general vamos a ser una marca más grande en 2009 de lo que hemos sido en la historia de nuestra compañía.

Nos estamos concentrando en que 20% de nuestro volumen sea ropa. Ahora estamos en 16%. Estamos enfocados, más que nada, en la línea de ropa, accesorios y equipo de skateboarding.

CP:¿Cuáles consideras que sean algunos de los momentos clave en la historia de Vans?

SVD: El primero es la apertura en 1966. A mitades de los 70, con el Old Skool 77 y el Mid Skool 77 (los modelos clásicos). En 1976, con el Vans Off the Wall, el primer zapato para andar en patineta, que nos vinculó con los patinetos. En 1982, nos conocieron a nivel mundial cuando Sean Penn usó los slip ons en la película Fast Times at Ridgemont High.

A pesar del éxito, quebramos en 1983. En esa época mi tío estaba a cargo de la compañía y empezamos a fabricar zapatos para baseball, basketball, lucha libre, e incluso, paracaidismo. La variedad de productos ahorcó a la compañía. Simplemente, los zapatos atléticos no eran lo nuestro. Después de pagar toda nuestra deuda, mi padre vendió la compañía a una empresa de inversión bancaria.

Luego, en 1994, movimos toda nuestra pro- ducción a Asia y un año después empezamos el Vans Warped Tour y a patrocinar muchos eventos de surfing, snowboarding, BMX. Llegó un momento en que estábamos realizando alrededor de 20 al año, y trabajando con los canales de televisión ESPN y NBC. Finalmente, hace como cinco años decidimos, en vez de tener tantos eventos, concentrarnos y hacer algo mucho más especial. Así que recortamos los eventos a 11 al año, y ahora tratamos de organizarlos mejores y más interesantes para los asistentes. Hemos tenido mucho éxito con eso.

El Vans Warped Tour acaba de cumplir 15 años. Para celebrar, visitamos 50 ciudades en 60 días, y alcanzamos a más de 600 000 chicos. También este año salió el libro que no solamente habla de la historia de mi familia, sino de la comunidad de surfers, patinetos y artistas que ha nacido alrededor de los zapatos.

CP:¿Por qué crees que Vans ha sido un elemento a la moda por tanto tiempo?

SVD: Hacemos colaboraciones con diversos diseñadores y lanzamos productos todo el tiempo. Cada seis meses hemos recreado lo que sucede en el mundo de la moda. Mandamos a nuestros diseñadores a viajar por el mundo; van a París, Roma, Buenos Aires, a la ciudad de México, para inspirarse y ver qué está sucediendo en el mercado. Eso lo traen de regreso, crean un código de color y de diseño. Después lo fabricamos y vendemos.

Es la única manera de estar en contacto con lo que sucede en el mundo de la moda. Hemos colaborado con diseñadores como Steve Mills, y creo que eso ha sido fundamental para nuestro éxito en los últimos cinco años.

Por otro lado, Internet ha sido un instrumento que nos ha permitido regresar a nuestros orígenes. En los 60 y 70 fabricábamos zapatos hechos a la medida cuando nadie lo hacía, porque teníamos nuestra propia fábrica. Nos olvidamos de eso durante décadas. Hace unos años, nos dimos cuenta de que hacer zapatos a la medida no era tan difícil. Ya lo habíamos hecho. Así que dedicamos a eso una de nuestras líneas de producción en China.

El consumidor se mete a la página de Internet, elige las telas, los colores, los materiales. El asunto es que, a pesar de que el cliente diseña sus Vans, los precios son muy accesibles. Unos Vans en una tienda te cuestan cuarenta y tantos dólares. En la página de Internet los diseñas por 50, y hasta te los mandan a tu casa. No es un robo por unos zapatos diseñados por ti. En los viejos tiempos costaban 1 dólar. (Ríe)

CP: Vans le habla más que nada a los patinetos, surfers y snowboarders. Sin embargo, su audiencia es mucho más amplia. ¿Cómo han logrado esto?

SVD: Nuestra apuesta son los adolescentes. Son nuestra gente. ¿Qué hace un chico de 16 años que todavía no puede manejar? Anda en patineta. Así le llegamos a los muchachos. Las chicas son más difíciles. Les llegamos a través de la música. Durante nuestro tour tocan 80 bandas por día. Si logramos que vayan ocho mil chicas, tenemos asegurada la participación de, al menos, ocho mil chicos. Ellos van a ir a donde ellas están.

CP: Platícame de Vans Off the Wall, el libro…

SVD: Salió hace ocho meses en Estados Unidos y nos hemos dedicado a presentarlo en diferentes ciudades: Nueva York, Houston, Dallas, Seattle, por todos lados. Básicamente cuenta la historia de la comunidad multigeneracional que encierra patinetas, bicicletas, arte, música y toda la cultura de la calle de la que Vans ha sido parte. Hay una serie de testimoniales de los patinetos como Tony Alva, Joel Tudor y Steve Caballero, entre otros. También viene un ensayo fotográfico de la colección de Dimitri Coste que tiene 280 zapatos, a quien por cierto, cuando tengo una duda le llamo y le pido que me mande una foto. Es una locura. ¡Tiene todo! Pero volviendo al libro, el autor, Doug Palladini, que es el editor fundador de la revista Snowboarder, hizo un gran trabajo.

CP:¿Qué dijo tu papá del libro?

SVD: Obviamente, una vez que lo acabamos editar, le mandé una copia. Cuando lo acabó de leer, me dijo que se le salieron las lágrimas y que le había encantado. Eso sí, me dijo que si él y yo lo hubiéramos escrito, habría sido de 25 000 páginas [Ríe]. Fue un gran trabajo contar nuestra historia en 200.

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