El frenesí de la ciudad en la Gran Manzana se desvanece al pisar The Mark. Una zancada sobre el hipnotizante piso blanco y negro —un elemento decorativo que se ha convertido en el emblema del hotel— viene acompañada de un saludo cálido de parte de todo el staff. La bienvenida es siempre afectuosa, como si estuvieras en casa.
Lo que realmente hace especial a The Mark es esa sensación de intimidad. Cada espacio es un refugio, una invitación hacia adentro, llena de calidez y con detalles que ponen el lujo en otro nivel, el del confort y la sofisticación. Aquí se respira un Nueva York estilizado, clásico, aspiracional: es un hotel que presume de ser lujoso, pero de una forma atrevida y astuta.
El interiorismo corrió a cargo del afamado Jacques Grange, quien tiene la habilidad de mezclar con cadencia lo atemporal y lo contemporáneo. Esto se logra, en parte, porque The Mark se encuentra dentro de un edificio de 1920 y en pleno Upper East Side, en la 77 St. y Madison Avenue. Cada cuarto y suite incorpora elementos de diseño acogedores, propios de un hogar, pero enaltecidos con los detalles de un hotel de lujo. La cereza del pastel en el sentido más textual es su penthouse, que es la suite más grande de todo Estados Unidos, con 3,000 m2 de interior y 760 m2 de terraza. Compaginar el confort del Viejo Mundo con un diseño actual y las tecnologías más vigentes, a lo que se le suma un servicio personal que merece mención aparte, eso es The Mark.
La gastronomía es una de las partes más vivas de un hotel. Aquí, la batuta la lleva el chef Jean-Georges Vongerichten, para quien su cocina representa un amor tendido hacia los productos de temporada. Cenar en The Mark se ha convertido en una de las mejores experiencias del Upper East Side. Hace un año llegó al hotel un nuevo integrante, el mismísimo Caviar Kaspia, del que hablaremos más adelante.
Los detalles que adornan al hotel tienen todo el sabor de la cultura estadounidense: su carrito, conocido como The Mark Hautedog, ofrece al huésped y a los vecinos de a pie el tradicional hot dog neoyorkino; o su pedicab, que lleva a los huéspedes a una experiencia privada de compras en Bergdorf Goodman; o las bicicletas personalizadas especialmente para el hotel, con las que puedes recorrer Central Park e incluso organizar un pícnic gourmet ahí. Sin embargo, la punta de la experiencia es el trato que le dan a los perros, jactándose de ser el mejor hotel dog-friendly de la ciudad: The Mark ofrece toda una serie de detallazos para los huéspedes y sus mascotas —correas, platos, chamarras y collares, además de un menú hecho por el mismo chef Jean-Georges.
Como dato curioso, The Mark es el lugar para los más glamorosos invitados a La Gala del Met. Cada año es la elección de hospedaje de celebridades, diseñadores de moda y estilistas que desfilarán en este evento que se realiza a sólo unos pasos del hotel.
En The Mark prevalece una sensación de mirar por la ventana y ver a tus pies el asfalto de Nueva York —por donde parece que el tiempo no avanza—, mientras de golpe te empapa la atmósfera de urbe, de rascacielos, de entes caminando a toda prisa sobre las calles aledañas a Central Park.
CAVIAR KASPIA
En su nombre lleva su insignia. Se trata de un restaurante y boutique dedicados al caviar, la institución parisina que se ha convertido en leyenda (abrió en 1927) y que recientemente inauguró en The Mark. Aquí la celebración es para el caviar y su mundo. Kaspia nos gusta por su aire excéntrico, abultado, único. Caviar en distintas presentaciones y acompañamientos, aunque mi favorito es en su versión más clásica, con crema y sobre un blinis, el cual combina perfectamente con una copa de champaña o un vaso de vodka.
Conoce más sobre la experiencia hotelera de The Mark en www.themarkhotel.com
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