Everything here is volcanic

Una exposición de diseño mexicano en Nueva York

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texto Danaé Salazar
fotografías cortesía de Friedman Benda

15 artistas, diseñadores, arquitectos y creadores mexicanos se presentan en la ciudad de Nueva York  en la primera exposición dedicada a México de la galería Friedman Benda. A través de obras nuevas y recientes —la mayoría comisionadas especialmente para la exposición—, Everything Here is Volcanic (Todo aquí es volcánico) reúne esa carga de energía creativa que está viviendo México en la actualidad.

 

Tezontle, Frida Escobedo, Fernando Laposse, Bárbara Sánchez Kane, SANGREE, Lorena Ancona, Aldo Álvarez Tostado, Andrés Souto, Alejandro García Contreras, Pedro Reyes, Víctor Barragán y Javier Senosiain, presentan piezas de arte funcional, mientras que Allan Villavicencio, Tony Macarena y Wendy Cabrera Rubio complementan con obras críticas.

Platicamos con Mario Ballesteros, curador de la muestra, sobre esta revolución de producción creativa que vive México en la actualidad, la cual es la base que le da vida y potencia a esta exposición. Everything Here is Volcanic es una instantánea de este momento del diseño mexicano contemporáneo que manifiesta, además, una diversidad de posturas, de acercamientos, de puntos de vista y de formas de hacer de la escena creativa actual.

 

Danaé Salazar (DS): ¿Cuál es el origen de esta historia? El diseño contemporáneo mexicano da un paso sólido en Nueva York, en la galería Friedman Benda, y con tu curaduría. ¿Cómo fue el acercamiento con la galería para armar esta muestra?

 

Mario Ballesteros (MB): Todo empezó con unas pláticas con distintos galeristas contemporáneos a las que me inscribí durante la pandemia, impartidas por el Architect Institute de Nueva York. Para mí Friedman Benda es de las galerías más interesantes por ser de las que se aventuran más. Al ser una actividad remota, enviabas tus preguntas por correo y al director le llamaron la atención las mías por ser muy específicas. Me contactó interesado en lo que hacía y me pidió mi portafolio. Tuvimos un par de intercambios por correo hasta que me dijo que me quería invitar a curar una expo para la galería.

 

Friedman Benda tiene 15 años de vida y desde hace 9 ha realizado un ciclo de muestras con un curador invitado. Ha participado gente del mundo editorial como Omar Sosa, editor de Apartamento, o Felix Burrichter, editor de PIN-UP. Es la primera vez que la galería le dedica una exposición a México. Estoy emocionado porque llevo un buen rato trabajando o colaborando con muchos de los artistas que invité. Siento que es un grupo muy variado. Claro que hay leyendas como Pedro Reyes o Javier Senosian, pero también hay otros como Frida Escobedo o Tezontle, que no hace mucho dejaron de ser emergentes y han entrado en una esfera de producción, seguridad y propuesta muy fuerte. Es interesante porque no se trata de la promesa de México sino de lo que realmente está pasando en el país y conecta con lo que está sucediendo en cualquier parte del mundo.

 

DS: ¿Y eso a qué se lo atribuyes?

 

MB: México está en boca de todos en muchas de las industrias creativas, pero siento que en diseño nos faltaban esas figuras que tienen la fuerza para posicionarse sin necesidad de decir ‘yo soy mexicano’ o ‘esto es diseño mexicano’. Después de mucho tiempo, esfuerzo e iniciativas, se ha nutrido esa generación y se ha consolidado con sangre, sudor y lágrimas. Como sabes, llevar un proyecto cultural independiente en México es muy difícil, son pocos los que logran mantenerse. Sin embargo, en los últimos 10 años ha habido una apuesta importante en México a potenciar el trabajo y el talento local. Ahorita estamos empezando a ver esos efectos, estamos viendo cuál fue el alcance y el impacto de esos esfuerzos colectivos, de esa efervescencia que vimos nacer hace unos años y que va más allá de un talento individual y eso es sumamente emocionante, sobre todo para quienes llevamos mucho tiempo esperando este momento.

 

DS: ¿Cómo percibes esta evolución del diseño en México? Y es que además de los diseñadores que empiezan consolidarse, hay mucha curiosidad tanto de los creadores como del público, de voltear a ver nuestra raíces…

 

MB: Creo que es sintomático y sucede en aquellas partes del mundo que tienen una carga histórica fuerte. Desde mi punto de vista, quisiera dejar atrás lo que te arraiga y tirar más a algo nuevo, global, fresco, distinto.

 

La generación que está un poco más consolidada, que ha tenido la experiencia de exponer, colaborar y trabajar fuera de México —Bárbara Sánchez-Kane, Barragán, Tezontle, Fernando Laposse, por mencionar algunos—, sigue ligada a su país. Creo que nadie sabe muy bien por qué y también creo que nadie está pretendiendo decir ‘esto es diseño mexicano’. En ese sentido, la propuesta de la exhibición no es para etiquetar ni hacer definiciones sobre lo que es el diseño mexicano, sino mostrar una diversidad de posturas, de acercamientos, de puntos de vista, de formas de hacer. Eso es para mí lo que es más relevante, emocionante y significativo de la producción actual en México.

En definitiva, actualmente el panorama es mucho más dinámico y rico. Hay mucha energía y propuestas. A mí las propuestas jóvenes siempre son lo que más me llama e interesa, pero creo que algo que no había antes y que sí hay ahora es esta diversidad de rangos y posibilidades. Lo increíble de Todo aquí es volcánico, de nuevo, es el diverso abanico que la compone: hay arquitectos que hacen moda, ingenieros que hacen arte, es decir que hay esa liberación de la etiqueta tanto profesional como de identidad y eso es muy contemporáneo y relevante.

 

DS: ¿Y por eso defines la muestra como ultra contemporánea?

 

MB: Con ese término quería reflejar el pulso de lo que siento cuando salgo a la calle. Y creo que es muy importante en un escenario como Nueva York, que está tan condicionado a ver de cierta manera el diseño y el diseño coleccionable. Es difícil transportar algo tan impalpable como la energía creativa de la Ciudad de México, o la de Guadalajara, Monterrey, Mérida, Oaxaca… hay una revolución de producción creativa, social, sexual, en muchas partes del país. Es difícil tratar de encapsularlo y por eso también el título de lo ‘volcánico’, que es algo imposible de encapsular, sin embargo, te da una instantánea de esa energía.

 

DS: ¿Cómo fue tu proceso curatorial habiendo tanto que mostrar?

 

MB: Es un poco mañoso. Me encanta esta pregunta porque no sé cómo contestarla. Es como estar metido en una sopa llena de miles de ingredientes y tener que decidir qué vas a sacar. Desde 2012 he trabajado con más de 200 artistas, diseñadores y arquitectos, me paso el día en eso, es mi gasolina. Lo difícil siempre es definir el grupo o las piezas finales. Mi curaduría tratar de tener una diversidad de formatos —piezas, materiales, acercamientos a los objetos—, que a su vez incluyan ese rango gigantesco de la producción que hay en México, por lo tanto hay cerámica, textil, mobiliario tradicional, indumentaria y esculturas.

Para mí era importante que no fueran nada más jóvenes, porque siento que lo contemporáneo va mas allá de la edad. Por ejemplo, Javier Senosianes muy contemporáneo, lleva mucho tiempo con una postura original, muy menospreciada o infra valorada, que ahorita está teniendo un renacimiento. Ese criterio de que no fueran solamente gente entre 25 y 30 años fue importante. Y también la diversidad de posturas. A mí no me gustan los proyectos que parecen ser iguales, que no distingues quién es quién. Que haya de chile, mole y pozole, literal, es más cercano a la realidad en México. Esa diversidad fuerte en posturas y estéticas era algo que me interesaba mucho. Al final la selección también tiene que ver con esa madurez y capacidad de transmitir a través del trabajo, algo que conecte con lo que está sucediendo fuera de México, que no necesite una explicación para el que no es mexicano. Todos los artistas en Everything Here is Volcanic tienen esa capacidad. Creo que va a ser una sorpresa tanto en Nueva York como acá, porque el nivel que traen los artistas es un nivel que no habíamos visto.

Javier Senosiain, Vulcan or Hephaestus cast out of Olympus, 2022. 

Hasta el 18 de febrero en www.friedmanbenda.com


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