Una marca que reinterpreta piezas populares y les da una vida nueva
asistente de fotografía Paulina Figueroa
Esta publicación es parte de nuestra edición No. 38, feb – mar 2015.
Con el interés de difundir la cultura mexicana y debido a una constante necesidad de transformar las cosas, Ricardo Campa decidió fundar Rage Handcraft, una marca que reinterpreta piezas populares y les da una vida nueva.
“Encontré la oportunidad de transformar las técnicas populares y llevarlas a otro tipo de canvas, algo que estuviera un poco más apegado a lo que me gusta. Las artesanías tradicionales son muy clásicas, varían muy poco, entonces me interesó mucho llevar la misma forma de expresión, pero de una manera más moderna a otras prendas y piezas que pudieran ser usadas por una nueva generación, una que encuentra el valor en la modificación y el desapego de lo clásico”, cuenta Ricardo.
“Tras mucho viajar y conocer familias de artesanos, nació el proyecto de hacer piezas con las chaquiras que se usan en las artesanías huicholas. Una de las primeras forradas con esta técnica se hizo en 2009; fue un muñeco fabricado por Bearbrick, una marca de juguetes japonesa”. Al ver el impacto positivo que se generó fuera del país, Campa estuvo seguro de que este proyecto necesitaría continuidad.
Así, después de trabajar en algunas piezas más, Ricardo contactó a Sarah Andelman, fundadora de Colette —icónica boutique parisina—, para mostrarle el proyecto. Después de quedar encantada con el trabajo, ella le sugirió a Campa que se le diera continuidad a la serie, que se buscaran más canvas y se exploraran nuevos terrenos. Juntos decidieron que la fecha óptima para presentar esta colaboración sería el Día de Muertos de 2013 y a partir de ahí, la idea de trabajar sobre cráneos —tanto de humanos como de animales— fluyó de manera natural y espontánea.
Pronto habían réplicas de cráneos de jirafas, babuinos, gorilas, todos cubiertos con el característico arte wixárika, una celebración en colores que forma parte de la cultura mexicana: la muerte no como un dolor, sino como un tributo a lo permanente. Para que las piezas tuvieran sentido con la estética de Colette, todas las piezas tenían que ser azules, pero eso no fue un freno a la creatividad de los artesanos, quienes, con ayuda de Campa, presentaron 16 piezas —se vendieron todas— en diversas tonalidades de azul, en combinación con blancos y negros.
La primera exposición internacional de Rage Handcraft fue el salto a otras más, en Nueva York, por ejemplo, y una más en Francia en 2014, durante el Paris Design Week, en una muestra curada por Emmanuel Picault.
El futuro trajo nuevas piezas y diferentes propuestas, todas con el sello del arte popular mexicano y la creatividad de Rage Handcraft. El movimiento es la continuidad de la vida y Ricardo ha sido consciente de esto. Por ello, se encuentra en una constante búsqueda por nuevos lienzos, nuevas técnicas y formas de expresión.
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